En silencio y con una labor desconocida para muchos, pero con un tesón y una fortaleza increíbles, así fue el liderazgo de Germán Chavarría, un reconocido activista por los derechos de las personas con discapacidad motriz que falleció el pasado sábado.
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La noticia de su muerte cayó como un baldado de agua fría no solo en Medellín sino en todo el país, ya que en su silla de ruedas recorrió varias ciudades de Colombia, luchando por los derechos de las personas con discapacidad a habitar el espacio público.
Abrir puertas, tumbar muros
La historia de Chavarría como líder social empezó en 1995, cuando sufrió una lesión en la columna, producto de varios disparos, que lo dejó sin movilidad en las piernas. Estuvo 4 años encerrado, deprimido por su nuevo destino, hasta que encontró a la Asociación Amigos con Calor Humano, donde ingresó para asumir lo que era tener una discapacidad.
Al mismo tiempo, empezó a vivir todas las barreras que tienen las personas con dificultades en la motricidad: falta de andenes, ascensores, y rampas, que los obligan a abstenerse de cosas tan cotidianas como entrar a edificios para hacer una simple diligencia o usar el transporte público.
También trabajó de la mano de distintas entidades como la Corporación Fuerza Incluyente y la Red Nacional de Organizaciones para la promoción de la Ratificación e Implementación de la Convención sobre Derechos de Personas con Discapacidad, Reddis, de la cual es cofundador en el Nodo Medellín.
Su trabajo se concentró entonces en dos frentes. Por un lado, empezó a codearse con los “grandes” de la política: hablaba con concejales, funcionarios de la Alcaldía de Medellín y con la gerencia del Metro, con los que buscaba dialogar y construir políticas públicas y planes para incluir a la población con discapacidad, y por el otro acogía a niños, jóvenes y adultos, a quienes les daba herramientas para vivir una vida más independiente. Lideró también iniciativas y marchas para exigir mejores condiciones para los usuarios de sillas de ruedas en el Metro de Medellín.
20 años trabajó como consultor en temas de inclusión y discapacidad en Medellín.
Familiares, amigos y compañeros de Germán se despidieron con sentidos homenajes a través de redes sociales, y le dieron el último adiós el lunes 10 de marzo a las 10:00 a.m. en el Cementerio San Pedro.
“Amigo, triste despertar para muchos que como yo estaremos agradecidos infinitamente por lo que hizo por mi vida y mi desarrollo como persona en situación de discapacidad. Me ayudó primero a tener amor propio a no sentir que era menos y sobre todo a ser más independiente y luchar por mis sueños y metas. ¡Germán, gracias, mi hermano!”, fue uno de los tantos mensajes que inundan las redes sociales de Chavarría, y que resumen muy bien su legado.