El nombre de Juliana Guerrero empezó a sonar en el panorama político nacional cuando fue acusada de usar una aeronave de la Policía Nacional para desplazamientos con fines personales, en compañía de su hermana, Verónica Guerrero.
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Ahora vuelve a estar en el centro de la controversia tras conocerse que, con apenas 23 años, se convertirá en la nueva viceministra de la Juventud.
La designación ha generado críticas, tanto por su edad y preparación académica como por la indagación que le abrió la Procuraduría General de la Nación por el uso de aeronaves oficiales para fines particulares.
Así, Guerrero se suma a una lista de nombramientos del gobierno Petro que han causado revuelo por su idoneidad, experiencia o afinidad política.
En su hoja de vida, Guerrero registra estudios de bachillerato, un técnico en Contabilización de Operaciones Comerciales del SENA y un tecnólogo en Gestión Contable y Tributaria. No cuenta con título universitario y reporta apenas un año y dos meses de experiencia como servidora pública.
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En el actual gobierno ha ocupado varios cargos: fue contratista en la Secretaría de Transparencia y jefa de despacho del Ministerio del Interior.
Su cercanía con Gustavo Petro se habría consolidado durante la campaña presidencial, cuando ejerció como activista, lo que le ha permitido un rápido ascenso en los últimos años.
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