Si no hubiera sido por Memo Naranjo, muchas de las noticias de Barbosa ni se hubieran dado a conocer.
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El aprendió eso del periodismo tirándose al charco, aprendiendo a la berraca, pero a punta de ganas y empeño, tanto así que cuando trabajaba en Teleantioquia como un auxiliar, se llevaba los libretos del noticiero para leerlos en casa, pero a pesar de que se reían de él porque le decían que los iba a vender ‘kiliaos’ él no paraba bolas a eso y solo mantenía su amor por este oficio del periodismo.
Fue un aliado invaluable, incluso para Q’HUBO, donde se convirtió no solo en una gran fuente de información, sino en un querido colega, al que hoy lloramos por su partida.
Memo venía enfermo desde hace días, muchos le ayudamos en ese duro momento y nunca lo dejamos solo.
Por eso hoy nos duele la muerte del mejor periodista no periodista de Antioquia, porque él no tuvo título, no tuvo diploma, pero sí mucho tacto y criterio para saber cómo se hacía una nota informativa.
Pero no solo el dolor queda en los periodistas, sino en todo Barbosa, donde incluso el Concejo municipal, en cabeza del presidente de la corporación, le rindió un homenaje póstumo a quien con pasión y entrega daba a conocer las noticias de este municipio al norte del Aburrá.
Pero aunque el periodismo era su pasión, las ganas de ayudar a los demás era su objetivo de vida y muchos en Barbosa darán fe de ello, pues Memo no le negaba favor a nadie, eso sí, aprovechaba para ganarse unos pesos, los que incluso llegó a usar para comprarse los equipos con los que ejercía su labor de periodista.
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Él quería llegar a sus 64 años, que cumpliría el ya célebre 11 de septiembre y que festejaba con bombos y platillos, pero la muerte llegó primero y aunque duela su partida ahora él descansa en paz.