Si a usted le gusta el cine colombiano o incluso si es es de los que se niega a darle la oportunidad, la recomendación de esta semana es darle el beneficio a ‘Del otro lado del jardín’, una cinta que está en MAX y que, además de ser lo más visto de la semana en la plataforma, tiene a la crítica cineasta deslumbrada no solo por la conmovedora historia de la vida real, sino por el papelazo que lograron actores como Julián Román, Vicky Hernández, Juana Acosta, Christian Tappan, Yuri Vargas, entre otros.
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Pero definitivamente el protagónico de Julián Román es lo que más ha acaparado la conversación. Interpreta a Carlos Framb, un poeta paisa que en el 2007 fue muy sonado en Medellín por ir a juicio acusado del homicidio de su madre pero demostró que lo que pasó fue una eutanasia asistida.
“El hilo conductor de esta historia me parece muy interesante porque Carlos Framb es un ateo y su mamá es una católica, apostólica, romana, pero los dos hablan de lo mismo. Ella habla desde Dios, la Virgen y Jesucristo y él habla desde la energía, la materia y los dos llegan a un momento en el (concluyen) que sí, la muerte tiene que ser digna”, dijo Julián Román para MAX.
Hay muchos detalles curiosos de cómo Román logró este personaje. Por ejemplo, su química con Vicky Hernández se dio tan natural porque en la vida real ella ha sido maternal con él y la conoce desde que tenía 4 años porque trabajaba con su padre, el fallecido Edgardo Román.
Y Edgardo es clave en esta interpretación porque, según lo que Julián le contó a El Colombiano, este proyecto le llegó justo cuando su padre enfermó y falleció y por eso el guión le “voló la cabeza” y le generó tanta empatía.
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Finalmente, Julián vio como un enorme acierto su decisión de no conocer a Carlos antes de hacer el papel, sino hasta el estreno. Él no quería caer en lugares comunes de los actores y que su interpretación se basara en las expresiones corporales.
Por el contrario, este actor bogotano de 46 años le dio prioridad a narrar la esencia de los pensamientos del protagonista y para eso se apegó al libro homónimo que el poeta escribió, logrando que el mismo Carlos sintiera que sí se conocían desde antes.
