De acuerdo con la investigación preliminar, hubo serias inconsistencias en la revisión del automotor, lo que pudo haber influido en el trágico final de los estudiantes y el conductor, quien al parecer, ya había reportado averías.
La verificación técnica de las autoridades evidenció fallas graves en el proceso de revisión como deficiencias en la inspección sensorial, ausencia de revisión de llantas, luces y carrocería, omisiones en la revisión interior de sillas, cinturones y salidas de emergencia, y problemas en elementos de señalización y seguridad reflectiva, entre otros.
“Nos encontramos con cosas terroríficas. La inspección que hizo el Centro de atención automotriz de ese bus no cumplió ni siquiera con el 20% del listado de cosas que hay que hacerle a una revisión”, explicó el superintendente de Transporte, Alfredo Enrique Piñeres Olave.
Estos hallazgos coinciden con las versiones de sobrevivientes y familiares, entre ellos los del conductor, que afirmaban que los problemas del bus eran evidentes, y habían sido reportados previamente a la empresa por Johnatan Alexánder Taborda Lopera, pero, al parecer, le habrían ordenado continuar el camino de esa manera.
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Ambas empresas continuarán siendo investigadas para determinar otro tipo de sanciones a las que habrá lugar en caso de ser encontradas responsables por la muerte de los bachilleres y el conductor, considerada una de las peores tragedias en los últimos años en Colombia.
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