Se hizo justicia. Después de 18 años se demostró que en el crimen de Edison Andrés Gómez Galeano hubo montajes, se manipuló la escena y hasta se plantó un arma.
Por ahí dicen que la justicia cojea, pero llega. En el caso de Edison Andrés Gómez Galeano cojeó 18 años, pero ya llegó y por su asesinato fue condenado el Ejército.
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Un falso combate
Fue en abril de 2007 cuando Gómez Galeano fue asesinado. Murió a manos de integrantes del Batallón de Ingenieros N.° 4 Pedro Nel Ospina, de la Cuarta Brigada.
Según se dijo en ese entonces, los militares le pidieron que se detuviera, pero, supuestamente, él les disparó con un arma de fuego y por eso ellos reaccionaron y lo dieron de baja.
La familia nunca creyó esa versión y demandó el hecho ante el Tribunal Administrativo de Antioquia, que en 2013 le dio la razón al Ejército y argumentó que los soldados actuaron en legítima defensa.
Entonces el abogado Javier Villegas Posada apeló ante el Consejo de Estado, pero allí también le dieron la razón a los militares. En esa segunda instancia el alto tribunal aseguró que en el proceso no se demostró que en el crimen de Gómez Galeano hubiera un montaje.
Pero el abogado no se detuvo y con un recurso extraordinario de revisión logró que el caso fuera reabierto. Esta vez argumentó que en las 2 sentencias anteriores ignoraron el modus operandi de los falsos positivos y los antecedentes de la unidad involucrada en el hecho.
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Pero también sumó una prueba proveniente de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y que no había sido vista antes.
Llegó la justicia para Edison
La prueba aportada por el abogado fue la declaración del sargento viceprimero retirado William Darley Ospina García, quien confesó ante la JEP que a Gómez Galeano lo reclutaron con una falsa promesa de trabajo y en una camioneta se lo llevaron para el barrio Altos del Oriente, en la parte alta del nororiente de Medellín, donde fue ultimado por tropas que estaban al mando del teniente Juan Pablo Albarracín.
El exmilitar, quien confesó haber participado en 46 ejecuciones como esta, además contó que él estuvo en la manipulación de la escena, movió la posición del cuerpo, plantó armas y hasta disparó una cuando la víctima ya estaba muerta para dejar rastros de pólvora en sus manos y así tener la prueba del enfrentamiento.
Recientemente, el Consejo de Estado invalidó las decisiones anteriores, dejó en claro que la muerte de Gómez Galeano ocurrió en estado total de indefensión y condenó al Ejército a indemnizar a la familia de la víctima.
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