Lo que más llamó de la atención de la propiedad es no tiene muchos lujos, como dicen por ahí: menos es más, y en este caso el artista dejó claro que prefiere la comodidad.
“No me gustan mucho los lujos, me gusta la comodidad”, precisó el vallenatero.
La casa cuenta con una sencilla sala-comedor con su respectivo televisor. Las habitaciones también son sencillas y cuentan con lo necesario. En la propiedad se puede disfrutar de amplios espacios verdes y la zona de la piscina.
Una de los espacios que más le gusta a Hebert Vargas de su casa es “el quiosco de la sabrosura”. El lugar está acondicionado con televisor, hamacas y mesa de billar.
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Ese lugar es denominado por él como “el techo de mi cama”. La razón es que debajo de este espacio está su habitación. La mandó a construir allí a su antojo: es un espacio moderno, donde predomina el color blanco, con ventanales que le permiten conectarse con la naturaleza y un jacuzzi en el que le gusta relajarse.
En su vivienda Herbert Vargas también tiene un pequeño gimnasio en el que entrena cuando se queda varios días sin ir a la ciudad.