Al estilo de una película de acción: así fue la travesía que tuvo que hacer María Corina Machado, opositora del régimen venezolano ganadora del premio Nobel de Paz, para llegar hasta Noruega a recibir su galardón.
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De acuerdo con información revelada por el medio The Wall Street Journal y el periodista de investigación Casto Ocando, la operación, que habría sido denominada “dinamita dorada”, contó con apoyo de los gobiernos de Países Bajos y Estados Unidos, además de agentes de inteligencia venezolanos que desviaron la atención de miembros del régimen que buscan a Machado.
El viaje inició el pasado martes, 9 de diciembre, cuando la opositora salió en carro de su escondite en algún lugar de Venezuela. Con peluca y disfraz, salió en dirección a las playas de Falcón, al noroeste del país.
Mientras esto sucedía, y a la vez que evadía más de 10 puestos de control, los agentes de inteligencia venezolanos confundían a sus compañeros con información dividida sobre su supuesto paradero, para poder dejar la ruta escogida libre de atención.
Ya en la playa, la esperaba una embarcación operada por marinos estadounidenses. En este punto, los colaboradores de Machado tuvieron comunicación constante con el gobierno gringo, para evitar que la lancha en la que se movilizaban fuera perfilada y atacada.
Según detalló Ocando en sus redes sociales, el viaje estuvo atravesado por el mal tiempo y el fuerte oleaje. Además, la Marina de Estados Unidos desplegó aeronaves en la zona entre la costa de Venezuela y Curaçao, destino final, para supervisar la travesía y evitar la detección por parte del ejército del régimen.
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En el país caribeño fue trasladada hasta una base militar norteamericana donde recibió atención médica por mareos y agotamiento, lo que obligó a posponer su viaje inmediato a Noruega, razón por la que no pudo llegar a dar su discurso.
Finalmente, y tras sentirse mejor, se montó en un avión que la llevó sana y salva hasta Oslo el pasado jueves, 11 de diciembre, donde fue recibida por un grupo de exiliados venezolanos, así como presidentes de países como Argentina, Panamá, Ecuador y Paraguay.
Además, pudo encontrarse con sus hijos, a quienes no veía desde hace más de un año, tras ingresar a la clandestinidad. Además, sostuvo dos ruedas de prensa en las que habló sobre la situación en su país.
En dichas entrevistas, afirmó su intención de regresar a Venezuela, por lo que ya se encuentra planeando su nueva ruta.
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