Gracias a su labor social, Sandra se ganó el cariño de las personas que han disfrutado de sus ricas preparaciones. Conozca la vida de esta emprendedora venezolana.
Corazón es lo que tiene Sandra Fernández, una chef venezolana que decidió emprender con una bonita labor social en Medellín. Ella recorre las calles de la ciudad para compartir su talento culinario, llenar ‘barriguitas’ y sacar sonrisas.
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La llegada de Sandra a la capital paisa fue hace ocho años y fue en ese momento cuando hizo una conexión perfecta para quedarse y continuar con su pasión gastronómica.
“Ya había venido a esta ciudad, pero de vacaciones. Me encantó y quise que en un futuro fuera mi casa. Así fue y no me cambio por nada”, comenta.
Sin dudarlo y, en compañía de su mamá, le dio vida a La Morita, empresa encargada del servicio de catering para eventos. Y ahí comienza una historia cargada de felicidad y de amor por la gente.
La labor social hace parte de la personalidad de esta chef. Es por eso que una gran idea hizo que la gente la viera con una sonrisa. Dicha misión ha sido un éxito en sus redes sociales.
“Se me ocurrió la idea de salir a las calles y preguntarles a las personas del común sobre ese plato que quisieran comer o que nunca han probado. Me cuentan y yo se los preparo sin ningún costo. La gente se asombra mucho cuando llego con su comida... la verdad es que me llenan el corazón”, Sandra Fernández, chef
La mayor recompensa para Sandra, su mamá y su pareja, fieles compañeras de batalla, es el agradecimiento y las sonrisas que vienen de aquellos que disfrutan de sus preparaciones.
“Nos encontramos a personas venezolanas que están pasando por muchas dificultades económicas y me da nostalgia por mi país. Son momentos de sentimientos encontrados”.
Cada uno tiene sus gustos particulares. Según Sandra, las personas de a pie a las que les cocina son más inclinados a las nuevas experiencias gastronómicas.
“Los paisas quieren probar nuevos sabores, preparaciones raras que no están al alcance de sus bolsillos. Por su parte, los venezolanos eligen comida típica de nuestra tierra, como las cachapas o los tequeños. Eso los transporta inmediatamente al país”.
Sandra asegura que los colombianos también se saborean con la gastronomía venezolana, gracias a ese “no sé qué, no sé dónde” que tienen sus productos.
Gracias a eso, la chef tiene su propio negocio con dos ricuras exclusivas: los pasteles andinos, con doce sabores, y los tequeños, con cuatro estilos diferentes.
Dicho establecimiento lleva el nombre de su creación: La Morita, ubicado en Belén San Bernardo (calle 22 #70B- 03). “Llevamos pocos días con el negocio y ha sido todo un éxito. La gente viene y disfruta de estos productos con amigos y familia”.
Y es esa bonita energía la que hace de sus emprendimientos un sinónimo de abundancia. Sandra se lo merece.
“Siempre he sido así, con un corazón noble y con ganas de ayudar a mis semejantes. Y qué mejor que hacerlo a través de estas delicias”, finaliza.
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Si quiere conocer un poco de este contenido y labor social puede seguir las cuentas de Instagram @chefsandrafernandez y @lamoritagastro.
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