El béisbol, el deporte estrella en Venezuela, encontró en Medellín un hogar que lo recibió con los brazos abiertos; dentro de los diamantes y en las graderías, este se convirtió en una forma de integrar a dos países.
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En la capital antioqueña, la pasión por el béisbol se reactivó gracias a lo que significa este deporte para la cultura venezolana, y aunque esta ciudad tiene experiencia con la disciplina deportiva, es indiscutible que, en la actualidad, personas de múltiples nacionalidades se reúnen en ella para disputar partidos que tejen integración y dejan por fuera los desafíos, estereotipos y prejuicios.
Cada lanzamiento, cada bate, cada jugada hecha en el diamante de béisbol Luis Alberto Villegas de Medellín, se convierte en una herramienta para la sensibilización. Por lo menos así lo ve Delio Javier García, uno de los dos entrenadores del club 9 Stars, lleva seis años en Medellín y quien a través de su conocimiento deportivo le enseña a los más pequeños sobre el juego de la pelota caliente.
“Se combinan dos culturas y esto hace que el deporte local crezca porque tenemos una semilla muy interesante. Son niños venezolanos y colombianos, aquí no tenemos problemas con la nacionalidad”.
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El club se centra en la base, por eso tienen las puertas abiertas para todos los niños, de 5 años en adelante, que quieran aprender a jugar béisbol. En cada práctica, García les enseña sobre la cancha, cómo se juega, cómo se batea o se lanza; los niños juegan, aprenden y se forman.
Para Inés Tabares, mamá de Óscar, de 5 años, el club reconectó a su hijo con el deporte que más le apasionaba en su natal Venezuela. Ella asegura que la primera participación de su hijo en un campeonato fue a los 3 años.
“En ese momento, él fue el mejor bateador. Aquí él es feliz, esto es lo que a él más le gusta hacer, es un torbellino de energía y aquí la canaliza. Además, ve en los entrenadores una figura de confianza”, comentó.
El béisbol no entiende de fronteras ni de nacionalidades; habla un lenguaje universal que une a quienes lo practican y lo aman. De acuerdo con Daisy Pereira, mamá de Aaron y Abraham, sus hijos ven en 9 Stars un espacio seguro.
“Se adaptaron, están acoplados, aunque ellos son criados bajo las costumbres venezolanas, aquí comparten con otros niños de su misma edad y aprenden”.
Criollos le abre las puertas a jóvenes que se ven jugando en Grandes Ligas
El béisbol no solo se juega en el campo, este deporte habita en la mente de sus jugadores, de sus fanáticos, así como de quienes se dedican a encontrar en las diferentes ciudades de Colombia a las próximas estrellas del béisbol profesional internacional.
Además de las bases, en Medellín existe el club Criollos, un equipo de jóvenes beisbolistas venezolanos que llegaron a la capital antioqueña y que los unió el amor por este deporte. Una de las personas que está a cargo del club es Efraín Antonio Vargas Mejía, un venezolano muy colombiano.
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“Mi abuela fue una de las fundadoras de Aranjuez, mi mamá es de aquí, pero yo nací en Venezuela. Mi hijo es beisbolista, es Selección Antioquia, y en la liga nos sentimos como una familia”.
El club surgió hace 6 años, en esa época tenían otro nombre, Los Cerveceros, “pero como no bebemos, decidimos cambiarlo”, cuenta Vargas entre risas. Hasta el momento el club cuenta con 22 jugadores activos.
El talento del béisbol antioqueño combinado con la capacidad y disciplina venezolana hacen que jugadores profesionales de múltiples ligas del mundo encuentren en Medellín un espacio para relajarse y practicar.
“Tenemos jugadores profesionales que se vienen de vacaciones, pero quieren estar a tono -o sea, mantener su forma-, así que juegan con los clubes de la ciudad”, explica Vargas.
Es decir, mientras sus equipos o sus competencias profesionales no están activas, en la ciudad se crea una mezcla de deportistas de Colombia, Venezuela y Estados Unidos, algo que favorece a la ciudad receptora porque permite un intercambio de conocimiento y habilidades, hace que los niños y jóvenes tengan claros sus referentes.
“Medellín tiene un atractivo y es que el que llega aquí, quiere vivir aquí. Hay jugadores estadounidenses que vienen un mes o dos meses solo a jugar béisbol”.
El béisbol en Medellín, la capacidad de adaptación y de aprendizaje que tiene este deporte, demuestra que en la diversidad está la grandeza ya que dentro de un diamante no importa la nacionalidad sino lo que hagas para que gane tu equipo.