Es una berraca, como muchas de las mujeres que tomaron la decisión de salir de su país de origen a buscar un mejor futuro para sus hijos. “Durante toda esta crisis en mi país la situación estaba muy complicada, en especial para mi hija, que tuvo una afección de salud grave. Tomé la decisión de llegar a Medellín donde un primo que nos recibió, también con el objetivo de que ella tuviera todas las atenciones médicas”, comenta Lisneyla.
Su trabajo en seguridad de aviación también quedó atrás y una nueva vida la esperaba. Hoy en día, Lis, como le dicen de cariño, no se cambia por nada en el mundo.
En Medallo conoció al amor de su vida, un paisa que actualmente es su esposo. “Quedé en embarazo y cuando tuve a mi hijo me dio una depresión posparto muy fuerte, tanto que no podía ni trabajar. Sin embargo, gracias al negocio de comidas que monté fui saliendo de a poco de esa oscuridad”, agrega la emprendedora.
La batalla contra la depresión también la dio en compañía del Centro Intégrate, en donde recibió un completo seguimiento psicosocial. “Me sentí acompañada, aliviada y con gran respaldo. Puedo decir que gracias a ellos hoy me siento muy bien y con gran estabilidad emocional y laboral”.
“Medellín es mi hogar ahora, tengo a mis hijos y a mi esposo, también un trabajo que me hace feliz”, Lisneyla Córdova, emprendedora.
El Centro Intégrate, ubicado en el barrio Los Ángeles, en el centro de Medellín, es un espacio que surgió como una estrategia promovida por el Gobierno nacional, las alcaldías locales y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID, generando un impacto positivo en las vidas de miles de personas.
Su negocio se llama Lismar, boutique de eventos, el mismo que ofrece productos gastronómicos para diferentes momentos espaciales. “También preparamos productos venezolanos que han gustado bastante entre la comunidad paisa y, obviamente, en la venezolana”.