En la noche del sábado, 20 abril, Silvestre Dandongond citó a su público paisa para una noche muy especial en la que cantó por primera vez con ellos las canciones más sonadas de su último álbum, ‘Ta malo’, pero también hizo un recorrido sonoro por sus dos décadas de carrera.
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Al escenario del Atanasio Girardot llegó siendo las 10:30 p.m., en medio de una noche pasada por la lluvia y por eso, además de saludar a su Silvestrismo del alma, dijo que a él no le preocupa la lluvia, porque siempre sus shows en Medellín han estado pasados por agua.
Por fortuna para los asistentes que estuvieron desde horas antes esperándolo, durante el show escampó.
La presentación estuvo combinada con canciones nuevas y clásicos, la primera fue ‘Bacano’, de su último álbum, pero después llegaron ‘La pareja del momento’, ‘Loco paranoico’ y ‘Ya no me duele más’, entre otras.
“Sí, me alejé muchísimo, y juro que no va a volver a pasar. No me siento bien por eso”, dijo el artista, quien en varias oportunidades se mostró con los ojos encharcados y, pese a que su equipo le estaba racionando el licor, aprovechó para tomárselos con el Silvestrismo paisa.
Los primeros invitados al escenario fueron los integrantes de la dinastía Calderón, porque el compositor Iván Calderón subió a tocar la guitarra en dos canciones que son de su autoría.
‘Primero fue mía’ y ‘La última vez’, que serían dedicatorias para Paola Jara, ex de Iván Calderón, quien se mostró conmovido y con los ojos encharcados sobre el escenario.
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Y es que Silvestre le dedicó unas palabras muy sentidas dando a entender que un despecho casi acaba con su amigo: “Hasta un infarto te dio”, le dijo.
Además, Pipe Calderón lo acompañó con otras guitarras y Daniel Calderón subió para cantar a dúo.
Otro de los invitados especiales fue Rolando Ochoa, el acordeonero que por tantos años fue su fórmula musical, y con quien obviamente interpretó las canciones que juntos hicieron exitosas, como ‘Ay, amor’.
Además de las bailarinas y la agrupación de Silvestre, sobre el escenario también estuvieron otros talentos como Pipe Bueno.
Y la cereza de pastel fue volver a ver a Silvestre en vivo al lado de uno de sus primeros acordeoneros: Juancho de la Espriella.
Silvestre cantó sobre una tarima de 70 metros de ancho y una boca escénica de 26 metros, acompañado de cuatro pantallas gigantes de 12 metros de altura por 8 metros de ancho y 420 luminarias.
Además, los fuegos pirotécnicos no se hicieron esperar, en un show que contó con la producción se Diomar García y Stage Eventos.
