El Deportivo Independiente Medellín demostró que los grandes también saben levantarse. Luego del doloroso 5-2 ante Nacional, el Poderoso se recompuso, jugó con autoridad y le pasó por encima al Atlético Bucaramanga con un contundente 3-0 en el estadio Atanasio Girardot con goles de Brayan León al minuto 4, Francisco Fydriszewski al 37’ y Léider Berrío al 39.
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Después del golpe del clásico, el DIM mostró carácter, buen fútbol y una defensa firme para golear al líder y meterse de nuevo en la pelea. / FOTO: CORTESÍA-DANIEL AGUDELO GUTIÉRREZ
El Poderoso se reivindicó, ganó y volvió el fútbol del bueno, lo malo: le robaron al Polaco
El Medellín volvió al triunfo, con un 3-0 ante Bucaramanga y volvió a resurgir; Fydriszewski denunció el robo de su termo de mate.
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El equipo del profesor Alejandro Restrepo salió con el orgullo herido y lo transformó en fútbol. Desde el pitazo inicial se notó un Medellín concentrado, con actitud y con las líneas bien ajustadas. El técnico movió las piezas, reforzó la defensa y el resultado fue un equipo sólido atrás y letal adelante.
Esta vez el DIM no solo ganó, gustó y goleó. Recuperó su esencia: un juego colectivo fuerte, transiciones rápidas y una presión constante que desarmó al rival. Bucaramanga, que llegaba como líder, no encontró por dónde entrarle a un Medellín que jugó con inteligencia, calma y eficacia.
El triunfo fue una muestra de carácter y resiliencia. El grupo no se cayó tras el clásico, sino que usó ese golpe como combustible para volver más fuerte. Con los 3 puntos, el Poderoso llegó a 34 unidades y comparte el liderato del campeonato, dejando claro que sigue firme en la lucha por el ‘punto invisible’ y por ser cabeza de serie en los cuadrangulares.
La única nota amarga de la noche la puso un hecho fuera de la cancha: el goleador Francisco Fydriszewski denunció en sus redes que le robaron su termo de mate a la salida del estadio. El Polaco pidió que se lo devuelvan, pues tiene gran valor sentimental.
En lo deportivo, el DIM volvió a sonreír y a ilusionar. Así, con fútbol, orden y corazón, el Poderoso se levanta más vivo que nunca.
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