Pasó mayo y va quedando un sabor agridulce por la violencia homicida que preocupa a las autoridades por cuenta de las confrontaciones dentro de estructuras ilegales y la intolerancia entre familiares, amigos y vecinos.
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Tanto así que en Medellín, donde en los 4 primeros meses se evidenció una disminución en los homicidios, en mayo el aumento de casos fue considerable, al punto de que ya el acumulado de casos supera, en 10 hechos, los registrados a la misma fecha del año pasado.
Y es que, según datos oficiales, con corte al viernes 23 de mayo, fueron asesinadas 144 personas, de las cuales 74 (51,3 %) han sido víctimas de estos 2 factores, donde la mitad están relacionados con casos de convivencia, mientras que la otra mitad a peleas entre grupos al margen de la ley con asiento en el territorio.
“Aquí la gente se mata que porque el vecino no le bajó el volumen a algo, que porque entonces le dejaron una bolsita de basura al frente y no se la quiso recoger el vecino, o la gente se va a tomar dos, tres aguardientes con familiares, amigos y terminan es matándose por cualquier bobada”, dijo el alcalde Federico Gutiérrez.
Pero también está el otro lado de la moneda, las disputas internas que han identificado los organismos de seguridad que se están presentando en dos grupos de delincuencia organizada (GDO) históricos de la ciudad. “Eso entre bandidos y ¿qué es lo que buscan?, tener el control del narcotráfico, de la extorsión, del secuestro, de todas las actividades ilegales”, agregó el mandatario local.
Manrique y Aranjuez
Aunque la comuna La Candelaria ha sido por años el territorio más violento de Medellín debido a las dinámicas criminales que hay allí, desde comienzos de este año llama la atención cómo una comuna como Manrique, que finalizó el 2024 con 17 muertes violentas, estaba cerca de llegar al consolidado de todo el año anterior: para entonces, esa comuna, conformada por 19 barrios, lograba una reducción de 6 casos en comparación con los ocurridos durante todo el 2023, ocupando el puesto 5 de las zonas más violentas, muy por debajo de La Candelaria (71 casos), Castilla (25 casos), Robledo (21 casos) y San Javier (20 casos).
Esa buena racha ya se desdibujó con los 16 homicidios de este año, ocupando con ellos el deshonroso segundo lugar, siendo solo superada por La Candelaria, que registra 31 casos. La misma historia se repite con Aranjuez, su vecina comuna hacia el Occidente, que finalizó el 2024 ocupando el puesto 9 de los territorios más violentos de la ciudad con 14 casos, pero que este año ya ocupa el tercer lugar, con 11 muertes violentas.
“Esas organizaciones, algunas de ellas, son las que de manera interna están generando esos homicidios. Son venganzas internas que están haciendo entre ellos mismos”, explica Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín.
¿Qué pasa allí?
Este fenómeno en estas comunas de Medellín, según lo explica el brigadier general William Castaño Ramos, comandantede la Policía Metropolitana, sigue la misma dinámica que se viene dando en la ciudad: convivencia y combos, siendo en ellas donde la situación está desbordada.
“Manrique este año ha sido el sector donde más incremento de homicidios hemos tenido, 16 casos presentados en el 2025, pero lastimosamente de estos 16 casos de afectación a la vida, 10 obedecen a intolerancia social y 6 por acción criminal”, dijo el general Castaño.
Uno de esos casos ocurrió el pasado 16 de mayo cuando, en una aparente riña, fue asesinado el soldado profesional Argenio Palma Punilla, de 24 años, en el barrio Bello Oriente, parte alta de Manrique.
Este joven, oriundo de Chocó, tenía alquilado un apartamento para descansar durante sus días de permiso y fue atacado por otro hombre con arma blanca, al parecer, en medio de una discusión.
“Pero hablando también del sector de Aranjuez ocurre exactamente lo mismo: en Aranjuez hemos tenido 11 casos de muerte violenta en el año 2025 contra 5 el año anterior, tenemos 6 casos más, pero de los 11 casos, 6 obedecen a intolerancia social, o sea, el mismo fenómeno que se presenta en Manrique”, agregó el comandante.
En esta zona de la ciudad, se ha identificado,por ejemplo, que los fines de semana,principalmente los días domingos, escuando se presentan discusiones que terminanen agresiones por la ingesta de licor.
Y los combos...
Consultado el secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa, sobre la participación de los grupos armados de la ciudad en este incremento, precisó que todo se debe a purgas dentro de LaTerraza y Caicedo.
“Mire los homicidios recientemente dónde se han dado o dónde está el incremento, puntualmenteen el sector de la nororiental, ¿cuáles son las estructuras que tienen allí asiento?”, señala el funcionario.
La purga dentro de La Terraza se evidenció en los últimos días con el asesinato de 2 hombres del combo San Pablo, banda que le rinde cuentas a dicha organización.
El primero de ellos ocurrió en Aranjuez, donde la víctima fue Ariel Gonzalo Figueroa Cetre, conocido como Mi Nay o Conspire, quien fue ultimado por presuntas deudas producto de las rentas criminales.
La Terraza
Es una de las organizaciones más antiguas de la ciudad que hoy estaría liderada por Juan PabloTaborda Zamora, alias Yordi, quien inició su carrera criminal en el año 2006 con un combo conocido como Los Gomelos, en la comuna Aranjuez. Ascendió a jefe de sicarios de La Oficina y La Terraza gracias al respaldo de alias Douglas, histórico cabecilla que habla de paz en Itagüí.
Caicedo
Es uno de los 10 grupos delincuenciales organizados (GDO) que hay en Medellín y tiene presencia en las comunas Buenos Aires, Villa Hermosa, La Candelaria y San Javier. Tiene a Sebastián Murillo Echeverri, alias Lindolfo o Sebitas, como vocero de las estructuras armadas de Medellín y el Valle de Aburrá que están en diálogos con el Gobierno nacional.
Hay más para ver
José Gregorio Henríquez Gómez, analista del conflicto urbano de Medellín, señala que en Manrique se está presentando un auge en temas relacionados con la rumba y la gastronomía, quitándole público a sectores tan populares de la ciudad como el Parque Lleras, Provenza y la 70, lo que hace de este territorio una zona que llama la atención de los ilegales, lo que causa disputas territoriales.
“Yo diría que ahí se están detonando todas las problemáticas que podemos nosotros tener en una ciudad como Medellín por el tema de convivencia, por un lado, pero también por los intereses que se han generado a partir de la ilegalidad”, dice el experto.
Señala que al convertirse este sector en una especie de zona rosa alterna de la ciudad, generando grandes ingresos, “todos van a querer su tajada”, y quien hoy controle cierto sector, querrá correr el alambrado y aprovechar esa nueva bonanza, como pasa en la comuna 13.
“El comerciante no tiene la culpa de lo que está llegando al rededor,¿cierto? Pero esto, evidentemente, no es solo un tema policivo, es un tema preventivo”, concluyó.
