Según las autoridades peruanas, alias Cuchillo ordenó el ingreso de 20 hombres armados para tomar control del mineral extraído. No solo robaron: ejecutaron a sangre fría a los vigilantes del lugar y a otros mineros.
Alias Cuchillo, apenas pudo, se escapó. Un día después del crimen llegó a Bogotá y rápidamente hizo transbordo en un vuelo hacia Medellín, donde creía que nadie lo encontraría. Sin embargo, Interpol Colombia y Perú, junto con la agencia ICE-HSI de Estados Unidos, le seguían el rastro.
Las autoridades lo localizaron gracias a cámaras de seguridad, registros migratorios y hasta por su cercanía con una mujer paisa con la que se alojaba en diferentes hoteles. Al final, lo agarraron cuando hablaba por celular con una de sus abogadas.
Tiene tremendo prontuario. En 2023 ya lo habían vinculado con la muerte de otros 10 mineros y, en Perú, lo conocen como el cabecilla armado de la organización criminal La Gran Alianza, que quiere controlar a toda costa la minería ilegal en esa región. Hasta la propia presidenta de Perú, Dina Boluarte, lo señaló como el responsable de la masacre.
Ahora, tras su captura en Medellín, Colombia iniciará los trámites para extraditarlo a Perú, donde tendrá que responder por los delitos de organización criminal, secuestro agravado y homicidio calificado.
Pero ahí no termina todo. En Lima también habría caído su supuesta pareja y abogada, Liliana Estefany Pizán, acusada de obstruir la justicia y de ser parte de la banda.
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