Le explicamos la importancia que tiene para su bienestar y cuidado
Así como para cuidar el cuerpo hacemos ejercicio y nos alimentamos bien, la mente también merece que la contemplemos y le paremos bolas.
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Esta semana (jueves 10 de octubre) se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, una ocasión que cada año aprovechan las principales autoridades de salud para reiterar la importancia de generar acciones que fortalezcan la prevención y le den la prioridad que se merece.
Pero es necesario hablar de salud mental todos los días, no solo en una fecha especial. La Organización Mundial de la Salud (OMS), principal autoridad en este asunto en el planeta, explica que la salud mental es “un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”.
Se calcula que cada año, más de 1000 millones de personas (es decir, una de cada ocho personas, en promedio) padece de algún trastorno mental o discapacidades sociales, que es como comúnmente se manifiestan este tipo de situaciones.
Sin embargo, la OMS es muy clara en que si no hay un trastorno o una discapacidad no hay problemas de salud mental.
“Hay otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conductas autolesivas”, que hacen que este asunto nos deba importar a todos, sin importar la edad, el nivel socioeconómico y el lugar que habitemos.
Quizás el trastorno mental más conocido por la mayoría es la depresión, que se manifiesta con una sensación de abatimiento o tristeza que se prolonga durante varios días y sumerge a la persona en la desesperanza profunda.
Esta sensación es tan persistente que interfiere en sus actividades cotidianas. Hay muchas causas, entre ellas factores genéticos o hereditarios, ambientales, psicológicos y bioquímicos, que generan su aparición.
Si bien puede ser una sensación común, como cuando no sabemos qué pueda ocurrir en un viaje, en un examen, en un partido o con un problema que surja, este trastorno no es una angustia por un asunto temporal, sino que tienden a prolongarse y a empeorarse con el tiempo.
Esto afecta el desempeño en diferentes ámbitos de nuestra vida, como el trabajo o el estudio, y requiere de una intervención oportuna para darle manejo.
Este es un trastorno que se caracteriza por generar desconcentración, falta de atención, poco control de la conducta, mucha actividad o una combinación de todos estos factores.
Según las autoridades de salud, este es el trastorno del comportamiento que más se diagnostica en niños, ya que por lo general comienza en la infancia, pero puede continuar en edades más adultas.
La salud mental incide en nuestras emociones y, por ende, en los hábitos y comportamientos más esenciales de nuestra cotidianidad, como la alimentación.
Los trastornos de este tipo más conocidos son la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón de comida o ingesta compulsiva que terminan afectando nuestra salud física e, incluso, ser letales. Por eso se recomienda ir a consulta tan pronto como aparecen los primeros síntomas de estos inconvenientes.
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