La pasión por el deporte y la disciplina recorre los barrios de Medellín. La ciudad es hogar de múltiples clubes de actividades deportivas que buscan atraer a niñas, niños y adolescentes para que encuentren en ellos un refugio en el que puedan desarrollar sus habilidades, uno de ellos es Horses 12, un equipo que se centra en enseñarle disciplina a través del baloncesto a los más pequeños de la ciudad.
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El club fue fundado por Juan Carlos Rodríguez, exbasquetbolista profesional venezolano, que fusiona la destreza deportiva y la experiencia con valores de superación y comunidad.
“Somos un club que está destinado y proyectado hacia la disciplina, los valores y la familia”, asegura Rodríguez.
De acuerdo con Miguel Montesinos, padre de familia de dos de los jugadores del club y encargado de la logística del mismo, “les decimos a los niños que el deporte, cuando se toma como disciplina más que como entretenimiento, te abre muchas puertas y te forma el carácter. Nuestra propuesta se basa en un básquet 2.0”.
El baloncesto 2.0 que promueven se basa en el desarrollo personal para abrir caminos profesionales y que los jugadores desenvuelvan su personalidad y se sientan más seguros al afrontar un reto.
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Es decir, aunque les interesa que el niño desarrolle habilidades deportivas, también quieren que este encuentre su pasión por el deporte y por salir adelante, por eso también se apoyan en los profesores, padres y madres.
“Queremos desarrollar habilidades, pero también ponerlos a creer en el juego, decirles que eso lleva tiempo, formarlos integralmente”, explica Montesinos.
Rodríguez respira baloncesto, esa pasión lo llevó a montar su club y a enseñarles a los demás sobre el deporte del que fue jugador profesional por 18 años y dos veces campeón de la liga venezolana.
“Aquí el baloncesto es un deporte no tan popular como el fútbol, pero sí hay personas que lo conocen”, comenta.
Al llegar a Medellín, Juan Carlos se propuso expandir su pasión por toda la ciudad, enseñar cómo se juega, formar a los más pequeños y aprovechar el espacio que la capital antioqueña tiene para ofrecer.
Por eso surgió Horses 12, más que un club deportivo, este se crea como un lugar seguro para aquellos que buscan un futuro en el deporte, pero también un espacio de integración y formación personal.
Su nombre particular hace referencia a la determinación y coraje. “Horses significa caballos y el número 12 tiene un valor muy característico para mi vida, porque fue el que me acompañó en toda mi carrera, así que no podía dejarlo afuera”, explica.
Desde su inauguración, el club atrajo la atención de la comunidad, son referente de compromiso e integración social porque allí no importa de dónde eres, sino lo mucho que quieres hacer dentro y fuera de la cancha.
“Lo que buscamos es tratar de salvar y ganar espacio con los jóvenes porque son muy vulnerables, al tenerlos aquí sabemos que tendrán otras formas de ver la vida”, asegura.
Más que conocer sobre baloncesto, tanto Juan Carlos como Miguel buscan aportarle a la vida de los jóvenes que impactan, no hacerse los de la vista gorda, sino buscar cuál es la mejor forma de crear un vínculo con los niños del club.
“Hablo con la psicóloga, la orientadora, la psicopedagoga, les pregunto cómo dirigirme a los niños, cómo llegarles a los papás, los que tienen padres separados, me asesoro; que si a un niño le fue mal en matemáticas, le digo que nos pongamos a lanzar el balón y le pregunto sobre lo que pasó, si sintió miedo, si no le entendió a la profesora y esto se hace para que el niño mire cómo puede afrontarlo la próxima vez que le pase”, asegura Montesinos.
Más allá de los logros deportivos, estos jóvenes se convierten en embajadores del cambio positivo en sus comunidades, inspirando a otros a seguir sus pasos. De acuerdo con Rodríguez, el club logró apropiarse de un espacio que era subutilizado.
“Las personas dicen que ya se está haciendo otro tipo de eventos en la cancha, como nosotros todos los fines de semana tenemos partidos amistosos y entrenamos martes, jueves y sábado, entonces la cancha se mantiene ocupada”, comenta.
El legado de Juan Carlos Rodríguez trasciende las canchas de baloncesto. Horses 12 no solo representa el sueño de un exatleta, sino también el compromiso con el desarrollo integral de los más pequeños y el fortalecimiento del tejido social.