Federico Ríos recuerda que la primera vez que acompañó a migrantes en su recorrido hacia nuevas oportunidades fue en 2013, cuando falleció Hugo Chávez, el expresidente de Venezuela.
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En aquel momento aún no se había iniciado en forma el flujo migratorio de venezolanos hacia Colombia, pero ya se comenzaban a notar que los movimientos de una frontera a otra, eran más intensos a medida que pasaban los meses.
Con su sagacidad periodística, y con su cámara al hombro, Federico comenzó a documentar esa realidad que hoy, una década después, es más que evidente, con cerca de 2,8 millones de venezolanos viviendo en nuestro país.
Pero no han sido solo los venezolanos quienes han quedado registrados en sus imágenes. Federico calcula que les ha tomado fotos a personas de más de 100 nacionalidades que han pasado por nuestras fronteras con distintos intereses: alguno para quedarse a vivir en Colombia, otros con trayectos hacia Ecuador, Chile o Perú, unos a Brasil y otros a Panamá y desde allí a Centroamérica y Estados Unidos tras el “sueño americano”.
Luego de tanto trasegar y de retratar a cientos o miles de migrantes en distintas condiciones y situaciones, Federico recolectó algunas de las imágenes que lo han tocado en su experiencia y las recoge en un fotolibro llamado ‘Darién’, editado por la editorial Raya y que presentó el miércoles, 30 de octubre, en el Museo de Antioquia.
“Tantos años de estar estudiando, leyendo, fotografiando, documentando y oyendo a los migrantes me ha permitido entender de una forma diferente las causas que impulsan a los individuos a migrar: la situación política y económica, la crisis social, las persecuciones, la limitación de las libertades religiosas, de culto, políticas o de identidad sexual son muy diversas, pero al final la gente está migrando, desesperada soñando con un futuro mejor para ellos y para sus familias”.
A pesar de tomar cualquier cantidad de fotos en este tiempo, Federico no ha perdido la capacidad de sorpresa y sigue siendo sensible ante cada historia con la que se encuentra, de personas migrantes que sólo tienen claro lo que van a hacer el día en que los vio, pero no lo que harán el día siguiente por la incertidumbre con la que asumen cada minuto, cada segundo en que las oportunidades no aparecen.
Verlos llegar a territorios desconocidos, a lugares donde todo les es ajeno, donde no tienen ninguna red de apoyo y, por el contrario, la xenofobia y la aporofobia (discriminación por razones económicas) son marcadas, ha marcado a Federico en su carrera fotográfica.
‘Darién’ refleja la tristeza y el dolor de personas de múltiples nacionalidades, con diferencias entre sí, pero con muchas cosas en común, en especial su interés por encontrar lugares donde hayan oportunidades para rehacer sus vidas y las de quienes los acompañan.
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Por eso su interés con este fotolibro es que en unos años, las personas que abran sus páginas conozcan esas realidades y entiendan qué era lo que estaba ocurriendo en este momento de la historia en la que miles y millones de migrantes recorrían Colombia con un mismo objetivo: renacer.
