Arrieros somos y en el camino nos encontramos, y esta vez el encuentro fue con María Eugenia Giraldo, una señora que vende mecato y tinto en el parque de San Cristóbal. Ella, oriunda de Manizales, nos asegura que este corregimiento le recuerda a su tierra.
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Como familia
Por su altura es una región más fría que el resto de Medellín, un encanto de clima del que se sienten orgullosos los residentes de la comuna 60 de Medallo.
Al ladito de la escultura El Arriero, en el parque principal, trabaja María Eugenia, reconocida comerciante de San Cristóbal. “Es muy parecido a mi Manizales del alma, especialmente por la gente tan acogedora que vive aquí. Todos los días es una buena conversación con aquellos que vienen a tomarse un cafecito”.
Ubicado al noroccidente de la ciudad, el corregimiento tiene una extensión aproximada de 49,5 km2, siendo el 95 % zona rural. “El verde de las montañas y el trabajo en el campo ha sido uno de los grandes encantos de San Cristóbal. Vivir aquí es respirar aire puro y descansar del caos de la ciudad”, agrega María Eugenia.
Con lomas pronunciadas y un comercio que se asemeja a los municipios antioqueños, este corregimiento es atravesado por la quebrada La Iguaná, afluente que recorre parte del territorio en el noroccidente.
A San Cristóbal lo bañan diferentes cuencas hidrográficas: San Francisca, La puerta o Arenera, La Lejía, Cinco pasos, El Patio, El Uvito, La Tenche, La Culebra, La Iguaná , La seca, El limo, La corcovada, Malpaso, La madera, La guayaba, Honda, Aguas frías, La potrera, La bermejala, La ronda, La carmelita, La sopera, La popa, La loma, Peña baja, Aguada y La Manuela.
Gente trabajadora
El terreno cuenta con una riqueza hídrica envidiable, cualidad que le ha permitido a los campesinos ejercer la agricultura. “Es un corregimiento que nos da esa estabilidad laboral gracias a sus condiciones. Además, es una población muy tranquila y amable”, comenta Gilberto López, habitante de San Cristóbal.
El frío estaba rico, apenas pa un tintico, de esos que hace María Eugenia. “Trabajo desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde, y todo el día hay personas que vienen a descansar, tomarse su café, comer algún dulce y ver pasar la vida en este tranquilo sector”, así lo expresa María Eugenia.
Con 17 veredas, el corregimiento tiene como atractivo principal su parque, donde se encuentra la escultura El Arriero, de Gabriel Jaime Vélez, un homenaje a los arrieros de Antioquia y que aún permanecen en la región.