Si había un delincuente que se había convertido en los últimos años en un objetivo de alto valor para las autoridades en el Valle de Aburrá, era Gustavo Adolfo Pérez Peña, alias el Montañero, cabecilla de la estructura delincuencial El Mesa, una de las organizaciones más sangrientas y poderosas del área metropolitana.
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Y no era para menos, puesto que su organización dedicada al sicariato, la extorsión, el desplazamiento forzado, el microtráfico y los homicidios selectivos, libró entre 2019 y 2020 una sangrienta guerra con Pachelly, que dejó más de un centenar de muertos, no sólo en Bello, sino en otras localidades del norte del Aburrá.
En su momento las autoridades realizaron operativos en contra de esta organización y ofrecieron hasta 50 millones de pesos como recompensa a la persona que entregara información que permitiera la captura de este cabecilla.
Finalmente, el 26 de octubre de 2019, en una finca del municipio de Aranzazu, Caldas, fue capturado y posteriormente judicializado y condenado a 8 años de cárcel, por concierto para delinquir, porte ilegal de armas de fuego y falsedad en documento público.
Sin embargo, 4 años y 140 días después, exactamente el 14 de marzo, este vocero de los diálogos de paz que el Gobierno nacional adelanta con varios cabecillas del Valle de Aburrá en la cárcel de Itagüí, recobró su libertad, a pesar de tener una investigación a cuestas por el asesinato en la cárcel de Cómbita (Boyacá), de Alejandro Mazo Pulgarín, alias Titi, cabecilla de Pachelly.
¿Qué podría suceder con su salida?
Q’HUBO habló con el analista del conflicto urbano José Gregorio Henríquez Gómez, quien explicó que la liberación de este cabecilla, podría generar zozobra en el Aburrá, teniendo también como antecedente lo sucedido con Édinson Rodolfo Rojas, alias Pichi Gordo, acribillado en El Poblado, el pasado 8 de marzo.
Dijo además que será muy importante esperar cuál será el papel que jugará desde afuera, referente al proceso de la paz total, puesto que él era uno de los 7 voceros en dichos diálogos.
Otra de las personas que se refirió al tema, fue la concejala de Medellín y exdirectora de Crimen Organizado de la Fiscalía, Claudia Carrasquilla Minami. Para ella, esto es indudablemente un peligro para el tema de la criminalidad, “puesto que Pérez Peña es una persona extremadamente violenta”.
También indicó, al igual que el analista, que no sería para nada raro asuma el rol en la organización que tenía antes de su captura y la fortalezca mucho más.
¿Golpe a la institucionalidad?
Para el exsecretario de Seguridad y Convivencia de la ciudad y ahora presidente del Concejo de Medellín, Andrés Felipe Tobón Villada, la salida de alias el Montañero “es una muestra más en un cúmulo infinito de evidencia de cómo el Estado y nuestra norma no tiene capacidad real de frenar las redes directivas del crimen organizado”.
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Agregó, “que es un golpe a la institucionalidad. Las autoridades, Fiscalía, Policía, Ejército, e incluso la Rama, se toman la tarea de investigar, procesar, capturar, imputar y condenar un tipo como cabecilla a escasos 8 años de prisión, y por condiciones de norma que no debería ser aplicable a delincuentes de esta características, salen con medio tiempo a lo mismo. Es como si la institucionalidad se pusiera zancadilla a sí misma desde la visión miope de la norma”.
