Aunque su oficina es una cocina, Daniel Ortiz dice que él no vende comida. Vende tiempo. Y, efectivamente, su emprendimiento ‘La Coca de Jacks’, ayuda a que cientos de personas no tengan que preocuparse por gastar tiempo en la cocina, a través de almuerzos calientes y caseros a domicilio.
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“Es muy reconfortante saber que uno sale del trabajo y no tiene que llegar a la casa a preocuparse de que tiene que hacer la coca para mañana; y que puede llegar a relajarse. Eso es un alivio. De eso se trata esto”, cuenta Daniel.
Y es que, desde hace aproximadamente cinco meses él dirige un servicio de “cocas” a domicilio. La idea del negocio es que cada persona tenga su propia coca de vidrio o plástico, en la que recibe a diario comida recién preparada y caliente, como si fuera empacada desde casa.
Daniel, como buen paisa, empezó este negocio luego de ver una gran necesidad: la gente quería ahorrar tiempo, pero también comer rico y casero.
“Empecé vendiéndole los almuerzos a una amiga en envases de icopor, hasta que un día dañó un microondas por estar calentándolo ahí, entonces yo le dije que me trajera las cocas, y así seguimos hasta que me empezó a traer varias personas, y a otras más les gustó la propuesta”.
Ahora, de una cocina pequeña en la parte de atrás de su tienda, pasó a una “oficina” completa, con 24 trabajadores, entre cocineros y repartidores.
La experiencia criolla
Y es que no se trata solo del tiempo y la comida; también es, aunque suene muy trillado, de la experiencia, porque cada ‘Coca de Jacks’ se siente como hecha en casa. “Mi idea es que la gente que se coma la coca piense en su casa, que se sienta como un domingo en la casa de su mamá. Entonces trato de ponerle mucho amor, que la gente sienta ese sello”, cuenta Daniel.
Puede contactarlos y, dependiendo del lugar en el que esté y los cupos disponibles, puede pasar a disfrutar de un menú completo y variado cada día.
“Cada persona debe tener un set de dos cocas, yo te entrego el lleno y tú me devuelves el vacío, y con ese yo te empaco para el día siguiente y así. Cada semana les comparto el menú de cada día, que trato de nunca repetir y ya”, cuenta el joven emprendedor.
Por eso, si usted es de los que sufre cada noche pensando en que tiene que cocinar la coca para el día siguiente, no lo dude y pruebe esta experiencia buena, bonita y barata que de seguro no solo le recordará la sazón hogareña sino que además le dejará más tiempo para disfrutar.
En este número puedecontactarse con Daniel e inscribirse a la coca: 311 6437887