El pasado 29 de diciembre, una masacre conmovió a todo el país: se trató del asesinato del pastor Marlon Lora, su esposa Yurlay Rincón y sus hijos Ángela Natalia y Santiago, que se presentó en Aguachica, Cesar.
Tras varios días de investigación, se pudo concretar que la historia de este crimen fue una trama de narcotráfico y sicarios que terminó en una fatal confusión. Y es que lo que debía ser un ajuste de cuentas entre mafiosos, se convirtió en una tragedia familiar que enlutó a toda Colombia.
Este miércoles, 26 de marzo, Noticias Caracol se encargó de revelar una investigación de este caso: resulta que todo inició por una deuda. Alias John Mechas, jefe del frente 33 de las disidencias de las Farc, que se encuentra en el Catatumbo, ordenó matar a dos narcotraficantes, alias el Calvo y alias la Diabla, quienes al parecer le robaron 5000 millones de pesos, producto de un cargamento de cocaína.
Ella era alias La Diabla y alias El Calvo. /FOTO: REDES SOCIALES
Este hombre para poder ejecutar dicho crimen, contrató a la banda de sicarios los J, encabezada por alias J o Andrés. De esta forma, por el encargo, exigieron 150 millones de pesos.
Así las cosas, alias el Calvo se convirtió en el primer objetivo, a quien mataron en una zona entre Magdalena y Bolívar. De ahí, los criminales dirigieron su atención hacia alias la Diabla, quien viajó a Aguachica para estar en el velorio de su pareja.
Mortal confusión en el restaurante
Según las órdenes dadas, alias la Diabla antes de ser ejecutada, debía ser identificada por tres características: se movilizaba en una camioneta Toyota blanca, vestía una blusa de color blanco y un pantalón negro e iba acompañada por un escolta.
La mujer salió de la funeraria hacia el restaurante donde minutos antes había llegado la familia Lora. Allí, los sicarios, que perdieron de vista por unos segundos a la narcotraficante, confundieron a su escolta con el pastor y a su hija, con la Diabla, quien estaba vestida igual.
El mencionado noticiero, en su investigación contó que días después de la masacre, en Cúcuta surgió la clave para descubrir la verdad. Allí un hombre extrañado por el movimiento inusual en un apartamento vecino, grabó un video el cual envió a las autoridades. En él se lograba ver a varios sujetos reunidos en actitud sospechosa.
/FOTO: TOMADA DE VIDEO - NOTICIAS CARACOL
Tras investigar la grabación, la Policía pudo identificar a alias Karen, una mujer relacionada con alias J o Andrés. De esta manera, por medio de sus redes sociales los investigadores lograron rastrear a los asesinos y todo fue encajando:
- Alias J compró las motos que se utilizaron en la masacre por medio de una plataforma en Facebook.
- Cinco llamadas clave fueron rastreadas, estas conectaban a los sicarios con la escena de la masacre.
- Las motocicletas fueron abandonadas a 5 km del casco urbano de Aguachica, hecho que permitió seguir su ruta de escape.
Los asesinos que juraban que habían cumplido su misión, se reunieron con su jefe a las afueras de Aguachica. No obstante, la Policía ya les estaba respirando en la nuca.
/FOTO: POLICÍA NACIONAL
Alias la Diabla y su destino
La que terminó siendo la causante de esta gran tragedia, fue asesinada en Medellín un mes después de la muerte de la familia Lora. Y es que al sentirse en peligro, alias la Diabla buscó refugiarse en otra banda criminal de la capital antioqueña; sin embargo, fue entregada a los sicarios que la estaban buscando.
Por su parte, la Policía y la Fiscalía cerraron el cerco sobre alias J o Andrés y sus trabajadores. Gracias a las redes sociales, transacciones bancarias y rastreo de llamadas, consiguieron capturar en Cúcuta a los responsables de la masacre.