Luego de la llegada de 200 migrantes colombianos deportados de EE.UU., empezaron a conocerse las escabrosas denuncias de maltrato por parte de las autoridades norteamericanas: afirmaron que hasta menores de edad fueron esposados y despreciados.
Antecedentes: Ya llegaron a Colombia los migrantes devueltos por Trump
La llegada de los dos vuelos de la Fuerza Aérea provenientes de Texas y California ha generado gran revuelo luego de que su viaje se viera pospuesto tras la pelea diplomática por las condiciones en las que serían transportados ya que, de acuerdo con los protocolos gringos, debían ser transportados con esposas en manos y pies.
Esta disposición molestó al presidente Petro, quien le exigió al Gobierno Trump que no enviara a los migrantes en esas condiciones, provocando la ira del recién posesionado, que ordenó una serie de disposiciones contra los funcionarios públicos colombianos y un aumento en los aranceles de exportación.
“Nos trataron como criminales”
Varios migrantes se aventuraron a hablar con los medios de comunicación y denunciar los malos tratos que sufrieron durante su estadía en el país norteamericano. Muchos no alcanzaron a durar una semana pero, según contaron, sufrieron un infierno.
“Desde el principio nos trataron muy mal, nos botaron la ropa, no nos dejaban bañar, nos gritaban. Nos despertaban en la madrugada por nada. El trato fue muy mal desde el principio. El último día fue el único que nos trataron bien”, afirmó un joven.
Otro sujeto, quien había llegado el miércoles de la semana pasada a la frontera afirmó que, aunque traía todos los papeles necesarios para solicitar asilo de manera legal, nadie puso atención a su solicitud.
“Nos robaron la ropa, nos quitaron hasta los cordones de los zapatos. Se nos reían en la cara, nos decían “todos deportados, papá Trump está en la casa”. Yo quería hacer mi proceso para solicitar asilo, pero nadie me escuchó” afirmó.
Al respecto de las declaraciones públicas del presidente Trump, quien afirmaba que en los vuelos de deportación iban personas peligrosas, narcotraficantes y otro tipo de criminales, tanto los migrantes como las autoridades colombianas rechazaron y desmintieron estas palabras.
“Es una vil calumnia, a él no le consta nada de eso, y que yo sepa los que veníamos ahí solo queríamos salir del país buscando otra oportunidad, pero no somos narcotraficantes”, expresó uno de los deportados.
De igual manera, el canciller Luis Gilberto Murillo aseguró que después de revisar cada una de las identidades de los deportados se confirmó que nadie traía antecedentes judiciales o habían tenido problemas con la ley en ninguno de los dos países.