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  • Karina, Sergio y Atom, una familia que hoy se destaca por su casa, patrimonio urbanístico de Medellín. / FOTO: DANIEL GONZÁLEZ.
    Karina, Sergio y Atom, una familia que hoy se destaca por su casa, patrimonio urbanístico de Medellín. / FOTO: DANIEL GONZÁLEZ.
  • Lorenza tiene más de 50 años y sigue siendo la compañía de la familia Arbeláez. / FOTO: DANIEL GONZÁLEZ.
    Lorenza tiene más de 50 años y sigue siendo la compañía de la familia Arbeláez. / FOTO: DANIEL GONZÁLEZ.

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Una ‘tía’ que se ganó el corazón de los paisas

Una antigua casa en Laureles sirve ahora como un espacio para eventos. Dos esposos venezolanos le dieron ese especial toque para su negocio, hoy conocido como ‘La Tía Eventos’.

14 de marzo de 2024

Migracion: unidos sin fronteras

Fue el famoso ingeniero José de la Cruz Arbeláez Gómez, quien construyó una casa en el barrio Laureles de Medellín, de aquellas viviendas que ya casi no se ven, pero que causan impacto por su arquitectura. Además de ser patrimonio urbanístico de la ciudad, es el encantador espacio de Karina Gotopo y Sergio Arbeláez, una pareja de esposos, fundadores de La Tía Eventos, un negocio que ya tiene el reconocimiento de paisas y extranjeros. La construcción fue restaurada por Álvaro Pío Arbeláez y Socorro Toro.

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De padres paisas

Los dos esposos emprendedores son venezolanos, de Falcón, ciudad de Punto Fijo. Se les conoce como los paraguaneros, un gentilicio que llevan siempre en su corazón. A Medellín llegaron en 2016.

Sergio es hijo de antioqueños, ya convertidos en colombianos retornados. “Medellín siempre fue nuestra casa familiar. Acá venía a pasar vacaciones cuando era niño y por eso es que durante estos años nos hemos sentido en familia, sin ningún problema”, comenta Sergio.

La familia no se pierde, como dicen los buenos paisas. José de la Cruz Arbeláez es el bisabuelo de Sergio, por ese motivo la casa que se construyó en la década del 40 aún se conserva para esta familia.

“Todos ellos vivieron acá y por eso es que esta casa es tan significativa para nosotros. Pasaron las generaciones y la tía Margarita, parte de esa primera generación, quedó sola porque todos sus hermanos fueron muriendo”, cuenta Karina.

Sin embargo, esa soledad no fue tan completa por la existencia de Lorenza, una lora que actualmente pasa de los 50 años de edad y que fue la fiel compañera de la tía hasta el día de su muerte en el 2018. El legado de Margarita para Karina y Sergio fue ese nombre sonoro para el emprendimiento que estaba por llegar.

Lorenza tiene más de 50 años y sigue siendo la compañía de la familia Arbeláez. / FOTO: DANIEL GONZÁLEZ.
Lorenza tiene más de 50 años y sigue siendo la compañía de la familia Arbeláez. / FOTO: DANIEL GONZÁLEZ.

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Se renovó la casa

La Tía o ladraba’ fue el primer paso para emprender. Se trataba de un pequeño café en la entrada de la casa. “Ese nombre surgió de la tía Margarita porque ella siempre nos respondía ‘latía o ladraba’, haciendo referencia a ese término que se usa cuando los perros laten o ladran”.

Se les creció el enano y el negocio comenzó a tomar forma. La vivienda ya era usada para charlas, cursos, talleres y demás actividades que daban otra ‘entradita’ a los emprendedores. Cae la pandemia y los proyectos se retrasaron, pero nunca se rindieron.

“Comenzamos a ofrecer alimentos por medio de domicilios, un reto que nos enseñó sobre ese tipo de servicios. En 2022 renovamos toda la casa, construimos otros espacios en la parte de arriba y comenzamos con el salón de eventos”.

Nace La Tía Eventos (en Instagram: @latiaeventos), el nombre adecuado para su negocio, el mismo que hoy en día se perfila como su gran proyecto de vida. “Estamos muy contentos porque están surgiendo nuevas oportunidades con eventos organizados por personas del extranjero. Creemos que Medellín es una ciudad donde uno se puede proyectar y tener calidad de vida”.

Y en compañía de Lorenza, que sigue dando ‘lora’ por toda la casa, y de Atom, su tierno perrito, Karina y Sergio le ponen alma y corazón a este negocio da los frutos esperados, así como lo quiso la tía Margarita.

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