La emoción que maneja por estos días John Alex Toro es enorme y no es en vano. El actor pereirano encabeza un elenco de lujo en un ambicioso proyecto regional: ‘Cosiaca’, la serie de 12 capítulos que desarrolló Teleantioquia y que por fin mañana podremos ver desde las 7:30 p.m. en el canal regional.
Leer también: Medellín, lista pa recibir los premios ‘Heat’
El actor se puso en los pies (porque zapatos nunca hubo), de un hombre que vivió hace más de un siglo y que aún sigue en el imaginario de los antioqueños. Y como si eso no fuera suficiente reto, logró que predominara la simpatía en un personaje que no se baña, que bebe mucho y que vive en la calle.
Obviamente no lo hizo solo, además de tener el respaldo de Teleantioquia, que se la jugó en grande, John Alex le dio vida a este “dicharachero, buenavida, callejero e irreverente” personaje con la ayuda de tremendo equipo. “El canal reunió a un equipo muy bueno, tanto frente a la cámara como detrás de. El canal se rodeó muy bien porque hizo una mezcla con gente oriunda de Antioquia y gente con mucha experiencia en la televisión abierta nacional”, nos dijo el actor.
Luis Alberto Restrepo (el director), Sergio Valencia, Óscar Guarín y Pilar Fernández son algunos de los nombres que se destacan detrás de cámaras. Frente a ellas: Adriana Arango, Robinson Díaz, Amparo Grisales, Santiago Alarcón, Vicky Hernández, Ramiro Meneses, Marcela Mar y María Cecilia Botero son parte de los actores que conforman el elenco.
Q’HUBO tuvo la oportunidad de conversar con el protagonista previo al estreno de la esperada serie y esto fue lo que nos contó:
John Alex, ¿cómo logró la construcción de ese personaje tan mítico para televisión?
“Había escuchado hablar de Cosiaca en mi infancia y adolescencia, mientras crecía en Pereira, que fue donde me crié, y todo muy relacionado a la cultura paisa, pero como esta historia no es necesariamente una biografía, sino que está inspirada en lo que se conserva de lo que se contó y de lo que está escrito de algunos intelectuales antioqueños, pues el material esencial fueron los libretos. También toda la parte de dirección de arte, vestuario y maquillaje, que influye muchísimo en lo que tiene que ver con la personificación de una figura que la mayoría de la gente tiene en su cabeza y que imaginan, pero que en realidad nunca han visto”.
También le puede interesar: Se nos fue otro grande: murió Nelson González, creador de Nelson y sus Estrellas
Cosiaca fue personaje de hace más de un siglo, no se sabe ni dónde nació y mucho de lo que se dice de él puede resultar fantasioso, ¿hubo un aspecto que haya descubierto sobre él y que lo haya fascinado?
“Yo no diría que uno, diría que muchos. Realmente lo que hace llamativo a este personaje es la dificultad de ubicarlo concretamente, aunque se le tiene ubicado al final de su vida, porque hay un par de imágenes que son las que se conocen en este lugar para adultos mayores en donde él terminó sus últimos días. Pero él tiene una característica esencial y es la del andariego y eso es muy antioqueño o muy colombiano, es un correcaminos que anda pa arriba y pa abajo, no se quiere quedar quieto. ¡A él como que se le agotan los lugares rápidamente!”.
Y fue un hombre muy carismático...
“Era un gran bebedor de tapetusa, le gustaba la comida, el trago y la parranda y gratis como Dios manda. Ese era su lema. También tiene una cosa fascinante y es que es un hombre que no está apegado a nada, nada le produce apego, come cuando puede, bebe cuando puede, duerme cuando quiere y es heredero, que por eso hay tanta cosa inventada que nutre el mito, de lo que se denomina como la picaresca española y ahí viene la trova también. El caso es que hay un rezago de colonia, aún siendo tan auténticamente antioqueño”.
¿Cómo le fue con el repentismo y la agilidad mental para trovar?
“Tengo que aclarar que las trovas estaban escritas, no me tocó improvisar. Para que pareciera que trovo, el libreto estaba muy bien escrito y además está escrito por César Betancur Pucheros, que es el rey de reyes del asunto. Contamos con Sergio Valencia, que es un duro de la antioqueñidad, y en el escenario estaba Bernardo, un triplero y trovador que nos asesoró permanentemente tanto a mí como a Robinson Díaz, porque somos los dos que entran en esos contrapunteos y competencia a través de la trova”.
Esta es una historia de humor, ¿hubo alguna escena particular muy divertida de lograr?
“¿Cómo voy a sacar una escena de 6 semanas de rodaje y 12 episodios que hicimos? Si me quedara pegado con una escena habríamos fracasado (...) Tuvimos situaciones muy divertidas, por ejemplo, las que involucran a Luis Mesa, que encarna a un sacerdote que tiene problemas no solamente con el alcohol sino con las mujeres... El personaje de Amparo Grisales es divertido porque Cosica vive enamorado de ella y la corteja hasta que ella le echa los perros, literalmente, ¡pa que lo muerdan! La llegada a la hacienda donde María Cecilia Botero es capataz es divertida porque ella lo persigue a escobazos para echarlo y es de las primeras que dice: ‘Este hijuemadre se me va a comer lo que haya, incluida la empleada’. Los contrapunteos con Robinson también son muy divertidos. Cosica vive un par de alucinaciones, una en la que se cree rico, y eso me pareció pa morirse de la risa. Hay cosas muy divertidas en general”.
¿Qué tuvo de particular rodar en tierras antioqueñas?
“Trabajamos en Santafe de Antioquia, Sucre, Fizebad, Concepción, Medellín y Jericó y sus alrededores. La particularidad de trabajar en esos lugares fue que anduve a pie limpio por todo lado, me tocó andar a pata limpia la plaza del Parque Bolívar de Medellín, hasta las trochas de Jericó y gracias a Dios nunca me chucé con nada, nunca me picó nada y lo único grave era que cada bañada duraba media hora de solo quitarme el maquillaje que me echaban pa quedar todo curtido”.
¿Qué le deja ‘Cosiaca’ en su vida personal?
“Siempre que trabajo en algún proyecto que dure más de 4 semanas, entablo amistades bonitas. Me quedo con gente muy querida, gente de la producción como Mónica Escorcia y Margarita Arango. La gente de vestuario, edición, maquillaje, sonido, oriundos de Antioquia y que residen en Medellín y sus alrededores. Por otro lado, una cosa que me deja el personaje es la enseñanza de vida de aprovechar lo que se tiene a la mano, de no vivir con ansiedad, una especie de relajación del hombre que no tiene nada qué perder y eso enseña muchísimo. Hice, además, un curso intensivo en chicharrones y ahora soy un catador de chicharrones”.
¿Y cómo prefiere el John Alex Toro el chicharrón?
“Me gusta de todas las formas posibles, ninguno puede ser favorito. Probé el pinchadísimo de de Fizebad, el que no es tan pinchado de Concepción, el de Jericó, el de todo lado y el chicharrón me encanta”.
