Tras un sondeo hecho por El Colombiano en diferentes sectores de Medellín, se encontraron que el precio más cómodo para comprar un corrientazo es el de la plaza Minorista José María Villa, en el centro de la ciudad. Allí hay platillos desde los $ 11.000.
En el occidente de la ciudad, los precios van desde los $16.000. En el oriente es mil pesos más barato; al norte de Medellín el valor asciende a $ 17.000 y en el sur, a $19.500.
Guillermo Gómez, presidente ejecutivo de Acodres, indicó que para los restaurantes es un desafío constante, ya que los altos niveles de inflación y el aumento en materias primas los afecta directamente.
“Tuvimos un diciembre mejor de lo esperado, sin embargo, 2024 puede traer noticias fuertes para el sector porque en los restaurantes no vemos cómo pueden bajar los precios”, comentó el directivo.
De acuerdo con Gómez, aunque en Medellín no hubo una caída representativa en las ventas gracias al turismo extranjero, esa misma presencia sí puede incidir en el repunte de los precios altos.
Los restaurantes tienen mucho peso en el costo de vida en Colombia ya que, según el Dane, la inflación anual para restaurantes y hoteles fue más cara que la general y esto los obligó a subir los precios hasta 10 veces.
“No subimos a capricho los precios. Las presiones de los costos nos obligan. No nos gusta hacerlo porque, en la medida en que suben los precios, nuestros clientes tienden a abstenerse de asistir a restaurantes”, explicó Gómez.