En las calles glamorosas del Principado de Mónaco, donde correr es cosa de reyes, Sebastián Montoya, el hijo del legendario Juan Pablo Montoya, hizo historia este fin de semana.
¡Como su papá! Sebastián Montoya se trepó al podio en Mónaco y revivió la gloria del apellido
El joven de 19 años recordó los viejos tiempos en los que su papá, Juan Pablo Montoya, hacía rugir los motores de la Fórmula 1.
El joven, de 19 años, se metió entre los grandes y se subió por primera vez al podio en la Fórmula 2, en el mismo circuito donde su papá brilló hace 21 años: el Gran Premio de Mónaco.
Y sí, no es cualquier pista. Aquí no solo corren carros: se corren sueños, se choca el pasado con el futuro, y se acelera el corazón de todos los que alguna vez vieron a Juan Pablo reinar con ese temple. Le sacaba fuego al volante. Ahora, el turno es de Sebastián, quien en su primera temporada completa ya está mostrando de qué está hecho.
El heredero de Montoya quedó segundo en la carrera sprint del GP de Mónaco. Arrancó cuarto, pero la calle fue suya. No se achicó. Pisó fuerte y se metió en la pelea con sangre fría, talento puro y ese apellido que pesa como motor turbo.
“¡Vamos! Primer podio en F2, y qué mejor que en Mónaco. Gracias a todos los que me han apoyado siempre”, escribió Sebastián en sus redes, con una sonrisa que se parece tanto a la de su papá cuando ganó aquí en 2003.
Lo bacano del cuento es que lo hizo sin escándalo, sin estridencia, dejando que las curvas hablaran por él. Y la gente respondió: los fans, las escuderías y hasta los veteranos de la pista se emocionaron con este colombiano que está haciendo sonar el himno en escenarios donde pocos llegan.
Juan Pablo Montoya, que ha sido su mentor, su papá, su socio de pista, lo celebró sin palabras. No necesitó hablar. Bastó con una mirada llena de orgullo que gritaba sin decirlo: “Ese es mi hijo. Ese es Montoya.”
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