Así las cosas, Rigo habló con la periodista y uno de los puntos que tocaron fue su papel como padre de Carlota, su hija, y del primogénito que viene en camino, Máximo.
El corredor antioqueño abrió su corazón reconociendo que su relación con la pequeña de 3 años era compleja, debido a sus frecuentes viajes y sus compromisos. El pedalista del equipo estadounidense EF Education-EasyPost le expresó a la española que Carlota se molestaba cuando él se iba por mucho tiempo, que incluso le dejaba de hablar.
Urán le contó a Eva que no se mantenía en su casa a causa de sus compromisos profesionales y laborales, que lo hacían estar por fuera del hogar. Al ver la reacción que tomaba la pequeña, comprendió que ella se enojaba y se distanciaba; sin embargo al tiempo se volvía a acercar.
“Yo no soy un padre presente. Paso alrededor de 130 días fuera de casa debido a las competencias, lo cual cambia mucho las cosas. En estos días, me cuesta mucho dejar la casa porque mi hija pregunta: ‘Papá, ¿por qué te vas?’, y cuando la llamo por videollamada no me quiere hablar porque está enojada, no me quiere hablar”, expresó Rigo.
Y concluyó: “Cuando llego a casa, pueden pasar tres o cuatro horas antes de que ella se acerque, y luego tengo que irme por una semana. Es complicado, para mí es muy difícil dejar la casa, pero bueno, es el trabajo el que me obliga”.
De esta forma Rigoberto Urán mostró emociones ante lo que le depararía el futuro de su familia con la llegada de su segundo hijo.