Desde que está en el club verdolaga se jugaron 26 partidos, en los que 23 fueron dirigidos por el mexicano. Desde ya Juárez deja una huella en el corazón de la hinchada verdolaga y de los directivos antioqueños.
Aunque en un principio su llegada al equipo verdolaga no era muy aplaudido, Juárez declaró que siempre habrá actitud dentro de la cancha y que “el día que falten, agarraré mi mochila y me iré”.
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El mexicano llegó en medio de una liga que ya se estaba jugando y reemplazando a Pablo Repetto, quien dejaba un equipo en crisis, por lo que la elección de Juárez no caló mucho entre la hinchada que quería ver ganar a su equipo del alma.
Los críticos cuestionaron la capacidad de liderazgo de un equipo como Nacional, pero la dirigencia se mantuvo firme con él; tanto Sebastián Arango, presidente del club, como Gustavo Fermín, el director deportivo, defendieron la visión y ahora se ven los resultados.
“El profe Juárez nos ha devuelto la jerarquía. Les ha dado a los jugadores confianza para explotar su máximo potencial. Su estructura de juego, orden y manejo del grupo son excepcionales. Ha entendido que esta institución está por encima de todos nosotros y ha trabajado incansablemente por nuestros objetivos”, afirmó Arango.
Juárez logró pasar del desorden al dinamismo y orden, con tácticas claras, garra y la mejora del rendimiento. El equipo empezó a ganar y a ser cada vez más constante dentro de la cancha, las cosas estaban cambiando.
A sus 36 años, este entrenador hace historia al convertirse en el segundo entrenador más joven en ser campeón con Nacional, después de René Seghini quien lo hizo a sus 32 años en 1962.
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Ahora con dos títulos en un mismo semestre, Efraín Juárez demostró que todo lo que promete lo cumple y que quiere que el Verde se ratifique como el mejor equipo de toda Colombia.
