El aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, se quedó pequeño para tanto pasajero. Entre enero y septiembre de 2025, el flujo internacional de viajeros creció cerca de un 11 % frente al mismo periodo del año anterior, según datos de Migración Colombia. Pero ese aumento, que podría verse como buena noticia para el turismo, ha traído un problema serio: largas filas, demoras y molestias para quienes entran o salen del país.
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Muchos usuarios denuncian esperas de hasta tres o cuatro horas para completar el proceso de migración. El propio alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, advirtió que esta situación “pone en riesgo la imagen de la ciudad ante los turistas y visitantes internacionales”.
Migración Colombia reconoció que la congestión se debe a una infraestructura insuficiente y a la falta de personal para atender el creciente número de pasajeros. Aunque el sistema Biomig agiliza el trámite, las filas siguen siendo interminables.