El presidente, Gustavo Petro, negó el domingo el aterrizaje de dos aeronaves estadounidenses con deportados de ese país, al reclamar un trato digno; Washington respondió inicialmente con el cierre de su sección consular en la Embajada.
Horas después el presidente, Donald Trump, anunció que impondría aranceles del 25 % a los productos colombianos, el retiro de visas al núcleo cercano a Petro y a sus aliados políticos y eventuales sanciones económicas al país, por impedir el aterrizaje de los aviones.
En la noche se conjuró la situación. El Gobierno norteamericano condicionó la reapertura de su sección consular al arribo de migrantes en condición irregular. Bogotá ordenó el envió de tres vuelos que recogieron a un número importante de deportados y el miércoles se concretó el cuarto viaje, esta vez por parte de autoridades norteamericanas.
Superada esa situación se restableció el trámite de visado, aunque en su mensaje el Ministerio de Exteriores no precisó qué pasará con las personas cuyas citas en la embajada estadounidense, entre el lunes y este jueves, fueron suspendidas.
“La garantía de derechos, el interés nacional y la dignidad de nuestros ciudadanos sigue y seguirá siendo una de nuestras prioridades. La atención de las necesidades de nuestros connacionales dentro y fuera del país es una de las prioridades de este gobierno”, puntualizó en su mensaje Cancillería.