“La situación sigue siendo inestable, pues el deslizamiento de tierra continúa lentamente, lo que supone aún un peligro para los equipos de rescate y los supervivientes”, aseguró el gobierno nacional.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se presta asistencia médica a “seis supervivientes, incluido un niño”, y que continúan en labores de búsqueda. Además, el organismo internacional calculó que hay 1550 niños víctimas del deslizamiento, así como “9 niños huérfanos y más de 20 mujeres y menores heridos”.
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Además, las autoridades explicaron que es difícil determinar con exactitud el número de víctimas mortales y desaparecidos, así como hacen un plan de rescate, por la inestabilidad del terreno, el difícil acceso a la zona y los problemas de comunicación.
“Han pasado tres días y medio y las posibilidades de salvar vidas a entre seis y ocho metros de profundidad no son muy altas, por desgracia”, dijo un portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Las autoridades también explicaron que el área de la avalancha suele ser muy lluviosa y se inunda constantemente, por lo que los desprendimientos no son inusuales.
Papúa Nueva Guinea se encuentra sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por unos 7000 temblores al año.
