Es el culpable de la transmisión del dengue
Le presentamos al Aedes Aegypti y es un mosquito muy solapado, porque tiene cara de “yo no fui” y casi no se deja ver, pero cuando actúa ¡es muy peligroso!
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Dicen desde la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia que le encanta estar debajo de las mesas y volar como si no fuera con él. Pero tiene la capacidad de picar rápido sin dar tiempo de espantarlo.
Es difícil de reconocer a simple vista, pero no imposible de eludir. ¡Póngase avispa y aleje al dengue de usted!
Porque es muy discreto, casi que tímido. Anda por ahí, camuflado e inadvertido, pero cuando actúa, ¡téngale miedo! Le fascina hacerse en sitios donde nadie lo vea ni tampoco lo detecte, como debajo de las mesas y escritorios, detrás de las paredes... llega sigiloso hasta la piel de las personas y les transmite el vector que contagia del dengue. ¡Por eso es que es bien solapado!
Ah vaina más díficil, pero se puede hacer el intento. En primer lugar, su cuerpo es oscuro, aunque tiene rayas y patas blancas que quizás lo diferencien de otros mosquitos. Los expertos dicen que tiene raíces africanas. Mide 5 milímetros, tanto o más pequeño que un grano de arroz. Ya sabe, por si quiere y tiene tiempo de coger una lupa y atreverse a revisar sus atributos.
Vea pues, que el Aedes Aegypti como que el trasnocho no le gusta mucho, pues los especialistas afirman que pica más durante el día, en especial bien temprano o al atardecer. Parece entonces que le hace siesta a la picada.
El mosquito que transmite el dengue pasa por cuatro estados en su ciclo de vida, que se dividen en dos fases. La primera es la acuática, cuando pasa de ser un huevo (sus primeros 2 a 3 días de existencia) a convertirse en larva (6 a 8 días siguientes) y pupa (1 a 2 días después), antes de avanzar a la fase aérea y llegar a la adultez, en la que sobrevive de 7 a 29 días en promedio.
El mosquito hembra es el responsable de transmitir el virus. Este se aparea durante el vuelo con mosquitos machos, consigue sangre y madura sus huevos. Después de esto, espera entre 1 y 3 días para depositarlos en sitios donde encuentra agua estancada, en lugares con temperaturas promedio de 23 a 28 grados centígrados.
Otra de las curiosidades de este mosquito es que no le gusta volar mucho. ¡Solapado y además perezoso! Y para rematar, le encantan las calles urbanas, donde encuentre llantas, estanques, floreros con aguas estancadas. Y tampoco es que repare en el estrato de sus víctimas, todos estamos expuestos en la misma medida, sin importar el sitio en el que vivamos o trabajemos.
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