¿Qué nadie es profeta en su tierra? Pues en Medellín las vainas cambian de percepción. Ahí ven a artistas como Karol G o Maluma, “bendecidos y afortunados”, cualidad que no suele verse en otros países. Al menos eso lo confirma Eduardo Enrique Méndez, reconocido en la actualidad como Meendez (En Instagram: @meendez), un exponente del pop urbano que llegó de Venezuela a lo que mejor sabe hacer: triunfar en la música.
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Del llanto a la risa
La novia de Meendez fue quien tomó la decisión de inscribirlo en un concurso de canto. Claro, ella creía fielmente en el talento de este muchacho. Desde Maracaibo, Venezuela, un nuevo artista estaba por salir a la luz.
“Fue mi novia la que me inscribió en este concurso musical. Eso fue en el 2019, año en el que comenzó toda esta historia y donde me di cuenta que los escenarios eran lo mío”, expresa el cantautor.
Sin ninguna idea de componer y de cómo era la vuelta en la industria musical, este joven venezolano no quiso quedarse en el camino.
“Conocí a un amigo llamado Pablo Rodríguez, también de Maracaibo. Los dos decidimos hacer un dúo llamado ‘Roddez’, fusión de nuestros dos apellidos. Pablo era músico con familia de músicos, así que aprendí mucho de él”.
Colombia fue la opción más indicada para ellos. Se dieron cuenta de que acá en estas tierras había potencial. Medellín fue la ciudad escogida para comenzar una nueva aventura.
“Cuando llegamos a Medellín nos estafan (risas). Fue una locura y algo muy triste porque se robaron todo el dinero que teníamos para invertir en nuestra carrera musical”. Sin embargo, nada es casualidad y fue ese momento el que le cambió el chip a Meendez para ver otra realidad.
“Desde el inicio la gente de Medellín me abrió las puertas y ha sido como una familia para mí. Siempre estaré agradecido con ustedes”, afirmó Meendez.
Se codea con los grandes
Por cosas de la vida, este dúo se disolvió, no va más, pero Meendez no quiso rendirse y se quedó en la capital antioqueña. “Comencé a conocer personas muy importantes en la música. De un momento a otro terminé jugando fútbol con Maluma (risas) y me pregunté... ‘Bro, qué es esto. Así es Medellín’, y eso me dio más impulso para creer en mi talento”.
Las cosas se estaban dando y el artista conoció a personas interesantes que sirvieron como trampolín. Los primeros en aparecer fueron Niiwild y Viibz, Sherman y Fine, un comienzo vital para este artista.
“También apareció la productora audiovisual Franko D y Skala Films, The Roof Studio, ya algo muy profesional que me encaminó. Aprendí a componer, me puse muy juicioso con eso y permanecía 24/7 en el estudio”.
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Durante todo este tiempo el artista de Maracaibo ha demostrado ser uno de los grandes en el gremio. La composición ha sido uno de sus talentos más reconocidos. “Esto es de paciencia y de perseverancia. Sé que en algún momento pegaré mis canciones y las recompensas llegarán. Colombia y Medellín me están aportando a eso”.
Suena a frase cajón, pero nada es casual. La historia comienza así: “El sueño de mi padre era ser cantante. Él nos abandonó por más de 10 años y debido a eso, por mi orgullo, quise arrebatarle ese sueño y ser yo quien triunfara en la música. Fue por eso que mi novia me inscribió en un concurso de canto... y acá estamos”, finaliza.