Calma que vale oro
Usted va a La Estrella (gentilicio: siderense) y nota el cariñito que le han puesto a su infraestructura. Es notoria su evolución y las personas nuevas que llegaron en búsqueda de calma, calidad de vida y un clima que enamora.
El municipio cuenta con veredas como Calle Vieja, El Guayabo, La Culebra, Pueblo Viejo, Sagrada Familia y Tierra Amarilla.
En todo el parque principal, y entretenido con el crucigrama de Q’hubo, se encontraba Rubén Darío Duque, residente del municipio y un enamorado de este clima. “Es muy fresco y con un ambiente tranquilo. La Estrella se convirtió en un paraíso que todos los días evoluciona más”, expresa Rubén.
Al fondo, la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, imponente en su altura y arquitectura que atrae a cientos de fieles del país.
“El parque es un buen lugar para leer, descansar y llenar el crucigrama. Aquí nadie se mete con nadie y eso nos da calidad de vida”, agrega el lector.
A pocos metros estaba Jairo Javier Restrepo, un pensionado que todos los días llega al parque en compañía de sus amigos. “Hace 30 años que vivo en La Estrella y he sido testigo de su transformación. Hay cosas por mejorar, como su movilidad, pero se ha visto el desarrollo con más lugares para comer y disfrutar”, dice don Jairo.
Sí se come bueno, todo hay que decirlo. La bandeja paisa infaltable, los buñuelos, pandequesos y palitos de queso son protagonistas en el sector. Además, los nuevos edificios se contrastan con las casas coloniales, paso hacia la zona rural del municipio. “Esta es una estrella en el Valle de Aburrá que le encanta a la gente”, comenta Jairo.
El atractivo turístico principal de La Estrella es El Romeral, una reserva natural rodeada de un ecosistema que permite ser un pulmón verde de la ciudad donde se puede disfrutar de un picnic, de la lectura o del paisaje por medio de caminatas y senderos ecológicos.