Pese a que la economía del país “va bien”, según los datos de crecimiento del Dane que destaca el Gobierno, Colombia atraviesa por estos días una controversia económica. El presidente Petro ya tiene claro que echará mano de la figura de la emergencia económica para conseguir los $ 16 billones que necesita para cuadrar caja.
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Lo curioso es que la Contraloría General le jaló las orejas al Gobierno por la baja ejecución presupuestal, mientras economistas advierten que esta emergencia golpeará a todos y no solo a los ‘megarricos’.
¿Dónde está el billete?
De acuerdo con la narrativa del presidente Petro, el 92 % del presupuesto presenta “fuertes inflexibilidades”. Sin embargo, la Contraloría sacó la calculadora y reveló que la estructura del gasto del Estado se compone en un 65,5 % ($ 358,1 billones) de gastos de funcionamiento, un 18,4 % ($ 100,4 billones) destinados al servicio de la deuda y apenas un 16,1 % ($ 88,4 billones) para inversión.
El ente de control recomendó ponerle la lupa a los gastos de funcionamiento y recortarlos, al detallar que en 2024 el Gobierno solo comprometió el 83,1 % del presupuesto, pero en inversión la cifra cayó al 57 %.
En lo que va de 2025, la ejecución de inversión apenas llega al 52,8 %, lo que deja la pregunta en el aire: ¿qué pasó con la plata?
Una mala apuesta
Los juegos de suerte y azar pasarían a pagar un IVA del 19 %, lo que implicaría que una persona que apueste $ 100.000 tendría que pagar $ 119.000, sin contar si le aplica el nuevo 5x1.000. Hasta ahora, este sector estaba exento de ese impuesto.
A esto se sumarían mayores cargas tributarias para licores, tabaco y cigarrillos electrónicos.
“Ambos impuestos incentivarían el consumo de contrabando y el uso de plataformas ilegales, lo que no solo reduce el recaudo y genera pérdida de empleo, sino que también pone en riesgo la salud de los colombianos”, explicó Montoya.
Impuesto bravo y riesgoso
Una de las medidas que traería el decreto de emergencia económica es la modificación del impuesto al patrimonio, que grava a personas naturales con patrimonios superiores a $ 2094 millones, con tarifas de hasta el 5 %. La propuesta contempla incluir también a empresas y sociedades.
Aunque el Gobierno insiste en que se trata de un impuesto dirigido a los ‘megarricos’, el analista financiero Giovanni Montoya advierte que puede convertirse en un búmeran: “Esto crea desconfianza inversionista, hace que las empresas se vayan del país o frenen inversiones y contratación”.
Talanquera a los combustibles
El economista también señaló que el Gobierno ha tomado decisiones erradas en el sector minero-energético, como frenar la exploración de gas y petróleo. Esto ha llevado al Estado a números en rojo y a importar gas más costoso, lo que ya se refleja en mayores tarifas para hogares y comercios.
Ahora, con la propuesta de un impuesto del 1 % a la extracción y exportación de petróleo y carbón, el panorama podría repetirse: mayores costos en los combustibles y un nuevo golpe al bolsillo de los colombianos.
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