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  • Salomé Basto Moreno disfrutando de un partido de Millonarios por primera vez en el estadio El Campín. /FOTO: INSTAGRAM @saloseguidores
    Salomé Basto Moreno disfrutando de un partido de Millonarios por primera vez en el estadio El Campín. /FOTO: INSTAGRAM @saloseguidores

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Ella es Salomé, la pequeña hincha de Millonarios que sueña con un trasplante de riñón

Durante el partido de Millos en El Campín, la niña sostuvo una pancarta que no pasó desapercibida.

11 de febrero de 2025

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El amor por el fútbol y la esperanza de encontrar un donante llevaron a Salomé Basto Moreno, una niña de 8 años, al estadio El Campín de Bogotá, la noche del pasado sábado, 8 de febrero, durante el partido que se disputó entre Millonarios y La Equidad. Su equipo (Millos) jugaba como local por primera vez en la temporada, en un encuentro cargado de emociones.

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No solo fue una noche especial por el debut de Radamel Falcao García y la victoria del equipo capitalino, sino también por la conmovedora escena que se vivió en la tribuna: Salomé, con el rostro iluminado de felicidad, sostenía una pancarta que decía: “Hoy cumplí mi sueño de ver a Millos, ahora me falta el sueño de tener un riñón”.

La imagen de la niña con su mensaje en el escenario deportivo de los capitalinos se hizo viral. Pero detrás de esa fotografía hay una historia de lucha, esperanza y amor inquebrantable. Por eso, Q’HUBO Bogotá se contactó con Marcela Moreno, madre de Salomé, quien contó cómo vivieron la experiencia en El Campín y la difícil batalla que enfrentan día a día contra la enfermedad de su hija.

“Nosotros, gracias a una agencia de publicidad de Millonarios, pudimos ir al estadio y cumplirle el sueño a Salo de ver a Millos. Lo hicimos con dos intenciones: una, encontrar algún donante para mi hija, y la otra, generar conciencia sobre la donación de órganos”, dijo la madre de Salomé.

Lo que no imaginaban era el impacto que tendría la imagen de niña en la tribuna con su pancarta. “Yo no sabía qué alcance iba a tener, pero veo que ha sido mucho y eso me gusta, porque no solo mi hija, sino muchas personas necesitan una segunda oportunidad en la vida”.

Una noche inolvidable en El Campín

El partido resultó ser un momento de alegría para Salomé y su familia. “Ella estaba nerviosa, ansiosa, pero cuando vio a los hinchas de Millos cantar y alentar, se emocionó demasiado”, relató Marcela.

Las personas que estaban cerca de ellas en la tribuna demostraron una solidaridad inmensa. “Nosotros teníamos una pancarta grande y tapábamos la visibilidad, pero nadie se molestó. Todos estuvieron apoyando a Salo para que esto fuera viral”.

La lucha de Salomé

Salomé necesita un trasplante de riñón y ha pasado la mayor parte de su vida enfrentando hospitalizaciones y tratamientos. “Ella empezó con una infección urinaria a los 6 meses de nacida, que se fue agravando hasta que a los 6 años nos dijeron que tenía una enfermedad renal crónica. Sus riñones ya no funcionaban”, explicó Marcela.

Desde hace 9 meses, Salomé recibe diálisis, un proceso que ha cambiado su vida y la de su familia. “Yo me retiré de trabajar para poder estar con ella las 24 horas del día. Cada mes tenemos citas médicas, pero en este tiempo su salud ha seguido deteriorándose”.

Pese a la adversidad, Salomé mantiene una actitud admirable. “Ella es una niña muy alegre. Nunca baja la cabeza, nunca ha perdido la fe. Hay veces que yo me rindo y me quiero morir por todo esto, pero ella, con una sonrisa, me dice: ‘No, mamá, vamos a poder, no importa’”.

Una lista de espera que parece interminable

En Colombia, la donación de órganos es un proceso complejo y muchas personas pasan años esperando un trasplante. “Esto no es una lista donde quien se inscribe primero recibe el órgano. Se asigna por compatibilidad con el donante. En dos años de espera solo nos han llamado una vez, pero al final el riñón se lo dieron a alguien más compatible”.

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Marcela confiesa que a veces siente que es una lotería. “Nos preguntamos todos los días: ¿cuándo será? ¿Cuándo le tocará a mi hija?”.

Un mensaje de esperanza y conciencia

Marcela y Salomé han convertido su historia en una causa: motivar a más personas a donar órganos. “Yo era ignorante en el tema antes de vivir esto. No sabía lo que significaba la donación, pero ahora veo que hay muchas personas esperando. Hay niños que llevan cuatro, seis años en lista de espera. Conocí hace poco a una chica que necesita un trasplante de pulmón. Hay muchas historias como la nuestra”.

La madre de Salo se ha prometido seguir luchando incluso si su hija recibe un riñón. “Si mi hija recibe su trasplante, yo voy a seguir en esta lucha, porque hay más niños y más personas que necesitan otro órgano”.

Su mensaje es claro y contundente: “Donar órganos salva vidas. Yo sé que hay familias que han perdido a un ser querido, pero no saben cuántos niños, niñas y adultos pueden salvar con una donación. Salomé y yo tenemos un lema: ‘Los órganos no van al cielo’”.

Marcela hace un llamado a la reflexión: “Si alguien quiere ser donante, háblelo con su familia, déjenlo por escrito, díganlo. Es importante”.

Mientras llega el esperado trasplante, Salomé sigue sonriendo y viendo la vida con esperanza. “Quiere ser profesora como su mamá o médica, pero de las que atienden sentaditas en el escritorio”, añadió la madre entre risas.

Por ahora, su historia sigue conmoviendo corazones y generando conciencia sobre la importancia de la donación de órganos en Colombia.

Redacción Q’HUBO Bogotá.

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