“Rechazamos categóricamente cualquier acto que comprometa el desarrollo del juego y el bienestar de los asistentes a los escenarios deportivos, de jugadores, cuerpo técnico y autoridades del partido”, dice el comunicado del equipo.
En la carta, el club aseguró que está comprometido con la seguridad y convivencia pacífica dentro de los estadios, que constantemente hacen campañas de respeto y tolerancia, y que trabajará con las autoridades para prevenir algún incidente que se pueda dar en el futuro.
Además recordó que el código disciplinario dice que la responsabilidad por la suspensión del partido recae en el club organizador si el encuentro no puede continuar, debido a factores que están bajo su control.
“Junior FC S.A. no tiene relación con los dos individuos que participaron en los disturbios en el partido que nos ocupa, no facilitó el traslado ni entregó entradas a las personas que causaron violencia. Estas acciones no representan a la afición de Junior ni a los valores del equipo, que promueve el juego limpio dentro y fuera del campo, así como el respeto a los rivales y a su afición”.
Las declaraciones generaron múltiples comentarios en contra de la posición que tomó el Tiburón.
“No tienen q ver con esas barras pero ya saben donde las van a reubicar. Cínicos miserables”, “resumen: Junior se aparta del sentido común y lo que no puede ganar en la cancha prefiere ganarlo en una decisión manchada de sangre y conseguida por asesinos violentos que llevaban la hermosa camiseta del equipo tiburón. Fin del comunicado”, “todas las barras del país a visitar el Metropolitano” y “justo sacan el comunicado después de que la Dimayor les da los 3 puntos. Los hinchas que iniciaron todo tenían prendas alusivas al club y estaban en las gradas asignadas”, son algunos de los comentarios hechos en la publicación.