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  • Siete monos araña, víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre, fueron reubicados luego de que expertos confirmaran que ya no estaban en condiciones de regresar a la vida en libertad. FOTO: ARCHIVO - JAIME PÉREZ MUNÉVAR
    Siete monos araña, víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre, fueron reubicados luego de que expertos confirmaran que ya no estaban en condiciones de regresar a la vida en libertad. FOTO: ARCHIVO - JAIME PÉREZ MUNÉVAR

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Siete monos araña rescatados ya no podrán volver a la selva

Vivieron años en cautiverio y ahora tendrán un nuevo hogar bajo cuidado especial.

15 de diciembre de 2025

Local

Siete monos araña, también conocidos como marimondas, víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre, fueron reubicados luego de que expertos confirmaran que ya no estaban en condiciones de regresar a la vida en libertad.

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Los animales permanecieron entre cinco y doce años bajo el cuidado del Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAVR), del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva). Uno de ellos, un macho adulto, ingresó en 2013 y se convirtió en uno de los ejemplares que más tiempo pasó en este centro especializado.

Durante todos esos años, los monos fueron atendidos por veterinarios, biólogos y zootecnistas, quienes adelantaron procesos de recuperación física, seguimiento nutricional y evaluación de comportamiento. Sin embargo, pese al trabajo constante, los animales no lograron recuperar las habilidades necesarias para sobrevivir por sí solos en su hábitat natural.

Según explicaron las autoridades ambientales, la mayoría de los ejemplares presentaba un fuerte amansamiento. Eran demasiado dóciles, buscaban el contacto con las personas y no conservaban la distancia que un animal silvestre debe tener frente al ser humano, una consecuencia directa del cautiverio prolongado.

“Este es el reflejo de lo que deja el tráfico ilegal de fauna. Muchos animales jamás vuelven a ser libres”, explicó Alejandro Vásquez Campuzano, subdirector ambiental del Amva, quien reiteró el llamado a no comprar ni tener especies silvestres en casa.

Tras una evaluación integral, se determinó que la opción más responsable era su reubicación en el Parque Acuático y de Conservación Piscilago, un lugar que cuenta con espacios adecuados y personal especializado para el manejo de primates que no pueden ser liberados.

Allí, en un área conocida como el Dosel del Bosque, los monos continuarán su vida bajo cuidados permanentes, con alimentación controlada y ambientes diseñados para garantizar su bienestar. Además, el lugar cumple un papel educativo, mostrando a los visitantes la importancia de proteger a estas especies.

El mono araña está catalogado en peligro de extinción y, además, no es una especie propia del Valle de Aburrá, lo que hace imposible su liberación en esta región.

Desde el Amva insistieron en que cada animal traficado pierde, casi siempre, su oportunidad de volver a vivir en libertad, una realidad que sigue dejando consecuencias silenciosas en la fauna del país.

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