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  • Los bandidos incrustan balines en los cartuchos para convertirlos en letales. /FOTOS: ANDRÉS FELIPE OSORIO GARCÍA
    Los bandidos incrustan balines en los cartuchos para convertirlos en letales. /FOTOS: ANDRÉS FELIPE OSORIO GARCÍA
  •  / FOTO: ANDRÉS F. OSORIO
    / FOTO: ANDRÉS F. OSORIO
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Hasta los cartuchos de las traumáticas los están modificando

Estas intervenciones están haciendo a estos cartuchos letales.

09 de diciembre de 2023

Orden público

Eran la 6:15 de la noche del pasado 27 de noviembre, cuando miembros de la Policía Nacional abordaron en la calle 29 con la carrera 43A, barrio El Poblado, a un hombre de 36 años de edad, luego de que lo señalaran de ser un ladrón.

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Durante las pesquisas iniciales los uniformados le hallaron 2 celulares de alta gama, valorados en más de 5 millones de pesos y que habían sido denunciados como robados minutos antes.

El operativo no paró ahí y en medio de la requisa los funcionarios le hallaron una pistola traumática o de letalidad reducida, la cual había sido usada momentos antes para intimidar a las víctimas para que entregaran sus equipos móviles.

En esta oportunidad el amigo de lo ajeno fue capturado por el delito de hurto, mientras que los equipos fueron recuperados y el arma, calibre 4.5, incautada y dejada a disposición de la Fiscalía.

3 personas han muerto por armas traumáticas este año en el Aburrá.

Otra situación

Pero este no es el único caso donde es protagonista un arma de letalidad reducida. En otro caso el hombre que portaba este tipo de elementos se encontró con una persona que tenía una de verdad en su poder y acabó con su vida.

Ocurrió el pasado 21 de noviembre. Esa tarde Yhohan Smith Reyes Garzón llegó con otro delincuente en una moto, al barrio Belén San Bernardo. En la esquina de la carrera 76 con la calle 23, Reyes Garzón se bajó con un revólver traumático en la mano, intentó apoderarse de un bolso, pero un ciudadano desenfundó un arma de verdad, le disparó varias veces a este ladrón y se fue.

El joven de 27 años de edad, quedó tirado en el pavimento, el arma a unos pocos centímetros y rodeado por varios curiosos.

/ FOTO: ANDRÉS F. OSORIO
/ FOTO: ANDRÉS F. OSORIO

¿Cambio extremo?

Estas 2 armas de letalidad reducida, como son conocidas por las autoridades, llegaron a conformar el grupo de las más 300 armas traumáticas decomisadas este año, por la Policía Nacional en toda el área metropolitana.

Lo preocupante es que en varias de ellas, las cuales han sido usadas para generar intimidación a la hora de robar, encontraron que los delincuentes ya no modifican su estructura como ocurría años atrás, sino que ahora alteran el proyectil.

La razón es fácil. Fuentes judiciales consultadas explicaron que este tipo de armas, utilizadas por lo general por delincuentes comunes, son más baratas para los pillos. Una pistola de verdad en el mercado negro puede costar cerca de 5 millones de pesos, mientras que un revólver calibre 38 alrededor de 3.500.000 o 4.000.000 de pesos. En cuanto a una pistola traumática se puede conseguir usada desde 900.000 pesos y nueva desde 1.500.000 pesos.

Ya con el arma traumática en su poder, los delincuentes se las ingenian para modificar los cartuchos y para que sean letales.

325 armas traumáticas han sido incautadas este 2023 por la Policía Nacional.

Un especialista

Q’HUBO habló con el perito en balística forense de la Sijín, adscrito a la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, intendente Jhon Sanjuan, quien confirmó que algunos de los proyectiles de armas decomisadas este año en el área Metropolitana han sido alterados para causar daño en la víctima.

De acuerdo con el experto, los bandidos extraen la goma e incrustan plomo, un material que es blando, moldeable, que se ajusta al diámetro del cañón y que hace el mismo daño que la munición convencional.

Pero esa no ha sido la única alteración que han encontrado los peritos en balística. El intendente Jhon Sanjuan explicó que otros bandidos perforan la goma de caucho e incrustan una esfera metálica, aunque en otros casos, otros más osados incrustan hasta tornillos para madera.

Otros de las situaciones que han encontrado es que algunos bandidos utilizan en las armas traumáticas proyectiles de menor calibre, que cazan perfectamente en la recamara, haciendo de una pistola traumática, en una verdadera.

/ FOTO: ANDRÉS F. OSORIO
/ FOTO: ANDRÉS F. OSORIO

No se salen con la suya

Pero no todo es color de rosa para los delincuentes. El motivo es que este tipo de acciones son bastantes riesgosas para su salud y hasta pueden acabar con sus vidas.

Según el perito de balística, las armas traumáticas son elaboradas con un metal más débil al de una convencional, lo que la hace más frágil en caso tal de que el cartucho modificado explote dentro del arma, como ya ha pasado algunas veces y ha causado heridas en los delincuentes, contó el funcionario.

Pero aparte de poder salir herido, el delincuente se expone a otra situación legal que lo llevaría a la cárcel. En caso de ser sorprendido, estaría infringiendo el artículo 365 del Código Penal Colombiano, que habla de la fabricación, tráfico o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones.

278 del total de armas incautadas este año en el Aburrá, son tipo pistola.

Artículo 365

El Código Penal Colombiano dice: “el que sin permiso de autoridad competente importe, trafique, fabrique, transporte, almacene, distribuya, venda, suministre, porte o tenga en un lugar armas de fuego de defensa personal, sus partes esenciales, accesorios esenciales o municiones, incurrirá en prisión de 12 a 16 años. En la misma pena incurrirá cuando se trate de armas de fuego de fabricación hechiza o artesanal, salvo las escopetas de fisto en zonas rurales”.

La pena anteriormente dispuesta se duplicará cuando la conducta se comenta en otras circunstancias. Una de ella es “cuando las armas o municiones hayan sido modificadas en sus características de fabricación u origen, que aumenten su letalidad”.

Se pecó

Q’HUBO habló sobre el tema con el antropólogo y analista del conflicto urbano José Gregorio Henríquez Gómez, quien indicó que todo comenzó mal cuando inició la venta libre de estas armas, donde una persona podía ir a un almacén y conseguirla sin mayores preguntas.

“Lo que tenemos es una gran laxitud para la comercialización, entonces los mismos negocios que las venden te pueden dar todo tipo de garantías y documentación, pero entonces el arma termina sirviendo para los fines delincuenciales que se le designan”, dijo.

Estas libertades le permitieron al bandido en pensar precisamente en nuevas estrategias para hacer daño. Una de ellas con la modificación de la munición.

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