En la mañana de este lunes, 19 de mayo, se conoció que Elí Mejía Mendoza, alias Martín Sombra, murió a los 87 años en Bogotá.
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Según informaron medios nacionales, el también conocido como carcelero de las Farc murió en un hospital del barrio El Tunal, pero las causas de su deceso no han sido confirmadas.
Martín Sombra fue capturado en el 2008, en el 2012 le pidió perdón a sus víctimas y en 2016, cuando se creó la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), se acogió a este mecanismo y aceptó crímenes como el reclutamiento forzado de menores y la instalación de centros de detención clandestinos en la selva.
Este hombre fue una de las piezas claves en el equipo de Tirofijo, no en vano fue uno de los más temidos dentro del grupo armado ante los secuestrados y los niños que reclutaban para la guerra.
Desde 1998 fue el encargado de vigilar a los secuestrados de alto perfil, por lo que fue el carcelero de Ingrid Betancourt y Clara Rojas en la selva.
En la JEP, Martín Sombra reconoció que él era el encargado de entrenar a los famosos “pisa suave”, niños usados en la guerra y a quienes camuflaban de forma que no alcanzaban a detectarlos.
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También reveló que entrenó una tropa canibal: “Yo entrené una tropa también que comía gente”, dijo en su crudo relato. Argumentó que les decía “que en un eventual caso de desplazamiento, si no encontraban el alimento, la carne de humano servía para comer”.
Este hombre entró a las filas de las Farc en el año 1966 y por todo ese recorrido, la Fiscalía le imputó 160 delitos.
Sus cuentas con la justicia
Martín Sombra actualmente gozaba de la libertad tras acogerse a decir la verdad en la JEP, sin embargo, en el 2020 había sido recapturado por otro delito.
El 1 de febrero de 2020 lo cogieron en el barrio Molinos de Bogotá, señalado de haber participado en el secuestro del ganadero Samuel Estupiñán, ocurrido en Caquetá en diciembre de 2017.
Sin embargo, en julio de 2024 la JEP decidió mantenerlo cobijado bajo este mecanismo, mientras la justicia ordinaria determinaba su participación en el hecho.
Martín Sombra murió estando en libertad por vencimiento de términos de dicho proceso, pero el juicio continuaba.
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