La juez 53 de Conocimiento de Bogotá condenó a 10 años de prisión domiciliaria a Alfonso Quinchanegua y Dana Canizales, dos de los policías involucrados en las chuzadas a Marelbys Meza y Fabiola Perea, quienes trabajaron como empleadas de servicio para la alta funcionaria del Gobierno Laura Sarabia.
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Los agentes, quienes para ese entonces trabajaban para la Sijín, firmaron un preacuerdo con la Fiscalía, en el que aceptaron su responsabilidad en los delitos de fraude procesal, falsedad material en documento público y falsedad ideológica en documento público.
De acuerdo con la investigación, los hoy condenados falsificaron informes de inteligencia para hacer pasar los números telefónicos de Marelbyz Meza y Fabiola Perea como pertenecientes a miembros del Clan del Golfo con el fin de poder chuzarlos, en el marco de las investigaciones por un dinero perdido en la casa de Sarabia.
¿Por qué investigaron a Marelbys Meza?
El escándalo por el presunto robo de dinero estalló en mayo de 2023, cuando Meza, quien trabajaba como niñera del hijo de Laura Sarabia, entonces jefa de gabinete de la Presidencia, fue acusada de haber robado un dinero, por lo que fue intimidada fuertemente.
De acuerdo con la mujer, luego de que se reportara la desaparición de una maleta con dinero de la casa de Sarabia, le solicitaron que fuera hasta el domicilio de su jefa para aclarar la situación.
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Sin embargo, según detalló en una entrevista con la Revista Semana, fue conducida hasta un edificio contiguo a la Casa de Nariño e ingresada en un sótano. Allí la intimidaron y la presionaron para que tomara una prueba de polígrafo.
La situación escaló
La cosa no quedó ahí, porque luego se reveló que no solo ella había sido investigada, sino otra exempleada de la casa identificada como Fabiola Perea. A ambas mujeres les chuzaron sus celulares con inteligencia de la Sijín.
Aquí es donde entran Quinchanegua y Canizales, quienes fueron los encargados de falsificar los informes de inteligencia y lograr que los abonados telefónicos de Meza y Perea fueran anexados a una investigación que se adelantaba contra alias Siopas, comandante del Clan del Golfo.
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Quinchanegua fue sentenciado a diez años de prisión domiciliaria y una multa de más de 460 millones de pesos, mientras que Canizales tendrá que enfrentar una pena, también de casa por cárcel, de 9 años y tres meses y una multa igual a la de su compañero.
“Por falta de experiencia, por creer confiar y recibir órdenes de mis superiores, todo me llevó a creer poder hacer un trabajo de manera honesta y correcta para la comunidad. Sin embargo, quiero pedir disculpas por mi error a las víctimas: a la señora Marelbys Meza, Lucía Robles, Fabiola Perea, al señor Johnson Pineda; a los fiscales, la doctora Marvel Morales y el doctor Óscar Zapata y a sus familias”, expresó la ahora expolicía durante la audiencia.
