Cinco años después de la muerte de Pablo Medina Ossa, joven comerciante de Sabaneta que fue baleado durante una persecución policial, un juez condenó a la Policía a pagar una millonaria indemnización.
Antecedentes: Dolor en Sabaneta por muerte de joven herido en persecución policial
Y es que, de acuerdo con la decisión en primera instancia del Juzgado Segundo Administrativo del Circuito de Medellín, la persecución en la que murió el joven, quien fue baleado por varias unidades de la Policía, al parecer tras ignorar una señal de alto, no estaba justificada ni era proporcional a lo sucedido.
¿Qué sucedió?
Los hechos que terminaron con la muerte del joven sucedieron en la madrugada del pasado 18 de agosto de 2020, cuando Pablo, de 26 años, salía de un cumpleaños y se dirigía a su casa en Sabaneta junto a un amigo. Todo esto, en medio del toque de queda expedido por el Gobierno Nacional por el Covid-19.
Cuando se encontraban por el Centro, fueron sorprendidos por una patrulla de la Policía que les hizo el pare; sin embargo, los jóvenes decidieron seguir adelante, pues según afirmó uno de ellos, no la vieron.
Lo siguiente fue un caos y un operativo digno de una película, en la que participaron más de 20 patrullas de la Policía que persiguieron y le dispararon al carro en múltiples ocasiones hasta el cementerio Jardines Montesacro, en límites entre Sabaneta e Itagüí.
Allí, ambos ocupantes salieron heridos, y fueron trasladados a distintos centros asistenciales. Días después, Pablo murió por las graves lesiones que le dejaron los disparos.
La condena
En medio de la investigación, el representante de la Policía afirmó que Pablo, quien iba manejando el carro, puso en peligro a varios uniformados al intentar arrollarlos; sin embargo, según el juez no se demostró que esta hubiera sido su intención.
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Por otro lado, el togado consideró que el ataque de la Policía no cumplió con el principio de proporcionalidad, pues no hubo enfrentamiento armado entre los ocupantes del carro y los uniformados.
“No se cumplieron entonces los principios que deben regir el uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional, pues no era proporcional ni necesario que los uniformados accionaran sus armas en zonas diferentes a las llantas de la camioneta para cesar la persecución, ello, frente a la amenaza que podía representar el señor Pablo Medina Ossa, quien estaba desarmado”, dice la sentencia.
En ese sentido, se condenó a la institución a pagar $ 1.386´516.000 (mil trescientos ochenta y seis millones quinientos dieciséis mil pesos) a los padres y los tres hermanos de Pablo, como reparación directa por los prejuicios morales.
Cabe recordar que esta decisión es de primera instancia, por lo que la institución podrá apelar ante otra entidad judicial.
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