Ocurrió en una pequeña vivienda ubicada en un callejón de la calle 87 con carrera 42B, sector conocido como El Chispero.
El asesinato de Albornoz Rivas, de 32 años, sucedió cuando su compañera sentimental, una mujer de 31 años que estaba en la casa con su hija, abrió la puerta ante un llamado del exterior y notó que quien estaba en la entrada era su expareja sentimental.
Según se pudo conocer, ella le reclamó sobre su presencia en la casa, pero este entró y se abalanzó sobre José Antonio, para luego huir del lugar.
“La niña se le tiró encima al muchacho cuando le metió la puñalada, porque después de eso lo estaba ahorcando”, dijo a Q’HUBO un familiar de la víctima.
En el callejón donde ocurrió todo, y donde una de las paredes quedó con rastros de sangre, los gritos de una jovencita pidiendo ayuda fueron lo que despertó a los vecinos.
“¡Ayúdennos, ayúdennos!”, fue lo que se le escuchó gritar desesperada.
Sus ruegos fueron atendidos y, hasta la vivienda, ingresaron varias personas que lo llevaron a urgencias del Hospital San Vicente Fundación, donde falleció.
Sobre la víctima se conoció que, hacía unos tres meses, sostenía una relación con la mujer y entre sus planes estaba irse a vivir con ella.
En esta casa, ubicada en lo último del callejón, fue donde José Antonio Albornoz Rivas, conocido como Pacho, fue lesionado con arma blanca.
“Él era una persona muy responsable y trabajadora, siempre vivía alegre, con una sonrisa. Le daba a todo el mundo, era muy acompañado por la comunidad. Una persona muy noble”, concluyó su familiar.
José Antonio, hasta antes de ser asesinado, estaba laborando como domiciliario en un negocio de arroz chino que está ubicado a una cuadra de donde fue atacado.
El presunto agresor, pudo establecer este medio, se presentó en las últimas horas ante la Fiscalía para dar su versión de lo sucedido.
Ya será el ente investigador el que determine lo que pasó dentro de esta casa.
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