Sin duda alguna, esta fue una ceremonia histórica, llena de simbolismos acordes a la impronta del religioso argentino, que siempre dejó claro su interés de distanciarse de los lujos de la Iglesia y que muchos lo recordarán por hacerla una organización más progresista e inclusiva.
Es de destacar que Francisco será el primer papa de la Iglesia Católica en un siglo que no descansará en las grutas de la Basílica de San Pedro.
Previo a su muerte, el pontífice tomó la decisión de que su última morada sea la Basílica de Santa María la Mayor, que también se encuentra ubicada en Roma, a unos 6 kilómetros de distancia del Vaticano.
Terminada la ceremonia, el féretro fue trasladado en un papamóvil adaptado especialmente para la misma. Este fue el mismo vehículo que el papa utilizó durante uno de sus viajes apostólicos, ahora encabezó el cortejo fúnebre por las calles de Roma hasta su lugar de descanso final.
El papa Francisco ahora reza por nosotros
El cardenal decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, fue el encargado de oficiar el funeral, en el que recordó que el sumo pontífice acostumbraba terminar sus discursos y encuentros diciendo: “No se olviden de rezar por mí”.
“Querido papa Francisco, ahora te pedimos que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero, como lo hiciste el domingo pasado desde el balcón de esta basílica en un abrazo final con todo el Pueblo de Dios, pero idealmente también con la humanidad que busca la verdad con corazón sincero y tiene en alto la antorcha de la esperanza”, expresó al final Re, quien inmediatamente recibió el aplauso de todos los fieles presentes.
El adiós al papa Francisco dará paso a la elección de su sucesor. El cónclave para escogerlo debe convocarse entre 15 y 20 días después de su muerte, aunque los cardenales podrían hacerlo antes en una fecha aún por definir.