A María Antonia Cuero, una mujer colombiana nacida el 18 de octubre de 1901 en Buenaventura, Valle del Cauca, solo le falta el Guinness World Records para que la reconozcan como la mujer más longeva del mundo.
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Desde el pasado 17 de enero, fecha en que falleció la francesa Lucile Randon a sus 118 años, ahora es reconocida mundialmente como la persona más longeva del mundo la española María Branyas Morera, quien tiene 116 años.
Sin embargo, eso podría cambiar si esta organización que recopila y verifica récords mundiales conoce la historia de la colombiana María Antonia Cuero, de 122 años.
Hace algunos días, en el programa ‘Los Informantes’ del canal Caracol se conoció la identidad de esta mujer que generó mucha curiosidad y abrió la puerta para saber más de su vida.
La historia de María Antonia Cuero
En un especial de historias de vida de Coosalud está plasmada la de María Antonia con detalles de lo que era Colombia antes y todo lo que ha hecho a lo largo de sus 122 años de vida.
Para ella misma es difícil recordar su edad y frecuentemente se le olvida: “Esos años ya se perdieron, ya no me acuerdo”, destaca la mujer.
En la época en la que nació, Colombia apenas tenía 5 millones de habitantes, no había volado el primer avión; los departamentos de Valle del Cauca, Nariño, Chocó, Caldas y Caquetá hacían parte del Gran Cauca, y Popayán era su capital; se comenzaba a construir el Canal de Panamá y una epidemia de tifo casi acaba con la población de Bogotá, se lee en la historia escrita por Coosalud.
Las cosas han cambiado mucho y ella misma es consciente de cómo ha ido evolucionando todo, por ejemplo, extraña el color del cielo en las noches en el pueblo donde vivía.
“Allá en mi pueblo, donde yo vivía, en una loma, la luna era grandísima y clarita y el cielo lleno de estrellas y se veían los chigualos y matrimonios. Ahora apenitas se ve”, dice esta mujer que todavía se ve llena de vida.
Goza de buena salud
Para los años que tiene encima, Cuero no tiene tantos problemas de salud, en comparación con otras personas e incluso con menos edad.
Todavía se puede bañar sola, lavar su propia ropa y ayuda a su familia en labores de la cocina. Además, tiene una memoria prodigiosa y cuenta algunos relatos de su juventud.
Aunque ella tiene sus secretos para mantenerse así de bien, asegura que se come dos o tres bananos medio verdes, cocidos, cada día, todos los días.
Pero también asiste a controles médicos cada tres meses, pues padece de osteoporosis; así que le hacen exámenes, toma medicamentos y le aplican algunas inyecciones para mantener su bienestar.
Ella y su familia esperan que siga así de radiante y gozando de buena salud por muchos años más.
