El Cúcuta Deportivo volvió a la primera división del fútbol colombiano en una noche que tuvo de todo: goles, angustia, VAR, drama y una tanda de penales que desató la locura en el estadio General Santander. El motilón venció 3-2 desde los once pasos al Real Cundinamarca y selló un ascenso que sus hinchas venían esperando desde hace mucho tiempo.
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La ciudad no tardó en explotar. Apenas terminó la final, las motos, carros y caravanas se tomaron las calles principales con música, pitos y pólvora. El regreso a la A se celebró como una verdadera fiesta popular que se extendió hasta altas horas de la madrugada.
El partido, eso sí, fue una montaña rusa. Los cucuteños estaban obligados a remontar el 1-0 que habían sufrido en Bogotá, y desde el pitazo inicial salieron a presionar. El primer rugido llegó al minuto 12: Lucas Ríos ganó arriba, metió un cabezazo potente y empató el global. Antes ya había avisado con otro frentazo y luego obligó a varias atajadas del arquero Kevin Cataño, figura de los visitantes.
Pero justo cuando el local tenía contra las cuerdas al rival, Real Cundinamarca encontró oxígeno: al 44’, un remate de Arney Rocha se desvió en Payares y se convirtió en el 1-1 del partido, 2-1 global. El silencio se sintió fuerte en la tribuna.
La segunda parte también arrancó caliente. A los 53’, Jhonatan Agudelo empujó el 2-1 y devolvió la esperanza rojinegra. A partir de ahí, ambos equipos tuvieron chances clarísimas: Asprilla casi empata para Real al 62 y Pisano desperdició un mano a mano para el Cúcuta un minuto antes.
El VAR volvió a encender todo al minuto 74 con un penal para el local y la expulsión de Rocha. Agudelo cobró, Cataño atajó y, tras la repetición del cobro, Pisano mandó la pelota al travesaño. La frustración se sintió en todo el estadio.
El 2-1 llevó la serie a los penales, donde los arqueros fueron protagonistas. Sánchez y Cataño atajaron de lado y lado en una tanda que mantuvo a todos con el corazón en la mano. El fallo final del arquero visitante y el último cobro rojinegro pusieron punto final a la historia.
Cúcuta es campeón del Torneo BetPlay II y, como dice su gente, “volvió donde siempre tuvo que estar”: en la A. La ciudad lo celebró como si fuera un título de primera división. Y no era para menos.
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