Juliana López ya lleva 10 años en una cárcel de China. Su caso fue bastante conocido, cuando esta modelo, para entonces de 21 años, fue capturada en el país asiático en poder de 610 gramos de cocaína que llevaba ocultos en un computador portátil.
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Hoy, luego de lograr sortear la pena de muerte, Juliana podría terminar su sentencia, incluso 4 años antes de que se cumpla.
Su tema volvió a sonar este fin de semana, cuando el programa ‘La Red’, de Caracol TV, habló con sus familiares, quienes aseguraron que por el buen comportamiento que ha tenido ella en la prisión de Guangzhou, donde incluso aprendió mandarín, inglés y francés, y hasta dio clases de español, podría quedar en libertad.
Sería el año entrante, pero la familia enfatizó que ella no volvería a Colombia, pues asegura temer por su vida ante posible represalias de quienes la terminaron metiendo en semejante lío.
El caso
Para 2015, Juliana despegaba en su carrera como modelo y era una de las caras de las llamadas ‘Divas del Fútbol’. Le gustaba mucho viajar y por eso se embarcó a China para comprar artículos que luego vendería a su regreso al país, pero en el aeropuerto de Guangzhou, al revisarle su equipaje, le hallaron el alcaloide y fue capturada.
Su proceso fue mediático en nuestro país, mucho más cuando se decía que podría ser condenada a la pena de muerte, pues la legislación en China es dura contra el tráfico de estupefacientes.
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La investigación reveló que el computador en el que llevaba la sustancia no era de su propiedad, así como unos chats que revisaron en su celular, en los que se evidenciaba que la modelo había sido obligada y amenazada para llevar el cargamento ilegal. Así las cosas, Juliana logró salvarse de la pena capital y fue sentenciada a 15 años.
El caso de Juliana conmovió a muchos en nuestro país, pero los que padecieron a la distancia fueron sus familiares. En 2021 se conoció una carta que ella le había escrito a su madre en la que se leía:
“Amor de mis amores, madre mía, te extraño como a nada en el mundo. Aquí la gente se asombra y me dicen que yo tengo mucha gente que me quiere. 6 años, ma. Los dejé hace 6 años y para bien o mal sigue tanta gente pendiente de nosotras, pero yo lo veo como una bendición de Dios. La situación aquí es cada vez más estresante. Yo estoy bien. Estoy trabajando mucho, mucha presión laboral. Ahora cada mes nos hacen examen. Entonces, también presión estudiando”.
Pero esa distancia se acortó, pues la mamá de Juliana decidió radicarse en China para poder estar cerca de su hija y poderla ver, al menos, una vez al mes, tal cual lo permiten las políticas carcelarias del gigante asiático.
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