En lo que va del 2024, el cuerpo voluntario de bomberos de Bello atendió 18 incendios en el Cerro Quitasol, una cifra que alarmó a las autoridades del municipio ya que sería una media de casi un incendio por día.
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Detrás de la mayoría de estas quemas están organizaciones criminales que crean a propósito un incendio para acabar con la vegetación y luego lotear el terreno que es de uso público para venderlo como privado, de acuerdo con las autoridades.
El secretario de Seguridad y Convivencia del municipio, Juan Serrano, explicó que las organizaciones tienen estructurado ese negocio, que la Fiscalía ya hace las investigaciones pertinentes y solicitó que las personas no compren estos lotes.
“No se deje engañar, por más que haya un contrato de compraventa en una notaría, no tiene ninguna validez porque los bienes de uso público no se pueden vender, enajenar ni embargar”, explicó.
El funcionario también explico que en otros casos estos incendios son provocados por residentes ilegales del cerro que los provocan para expandir sus predios.
Frente a la problemática, las autoridades civiles y policiales de Bello se reunieron en un consejo de seguridad con el fin de crear estrategias para hacerle frente a la situación que se presenta en la zona protegida.
Además, la alcaldesa de Bello, Lorena González, expuso que entre las acciones que reforzarán se encuentra la brigada forestal, el monitoreo del Siata y controles a las ocupaciones irregulares del territorio.
El Quitasol es el cerro tutelar más grande del Valle de Aburrá y abarca 17 veredas de cuatro municipios, Bello, Barbosa, Copacabana y Girardota.
Este lugar es hábitat de especies endémicas de la región, así como un patrimonio arqueológico ya que allí se encuentra el camino de Niquía Corrales, una infraestructura que corresponde con la época prehispánica. De acuerdo con Corantioquia, en el espacio protegido hay 14 especies de fauna y al menos cinco especies de flora.