El presunto asesino se entregó voluntariamente a la Policía en Ciudad Bolívar.
Ovidio Antonio Úsuga Higuita, de 43 años, falleció tras ser apuñalado en la invasión Nueva Jerusalén, en el municipio de Bello, norte del Valle de Aburrá.
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Este hecho de sangre ocurrió a las 10:30 de la mañana del jueves, 25 de diciembre, cuando la Policía fue alertada sobre una persona herida por arma cortopunzante.
Al sitio se desplazó una patrulla, que encontró una escena terrorífica. Un hombre sin signos vitales al interior de una vivienda de tablas, con un charco de sangre alrededor del cuello y una silla de madera sobre su cuerpo.
Según el reporte judicial al que pudo acceder Q’HUBO, el sobrino del occiso fue quien dio aviso a las autoridades, luego de que le informaran que su tío había sido apuñalado. Por esta razón, se dirigió hasta la vivienda mencionada anteriormente.
Al llegar, la encontró cerrada; sin embargo, se asomó por una rendija y observó un charco de sangre, por lo que pidió una almadana para abrir la puerta y halló el cuerpo sin vida de Ovidio, con una herida en el cuello.
Sobre el occiso se conoció que tenía anotaciones judiciales por delitos de acceso carnal abusivo, tráfico de estupefacientes y violencia intrafamiliar.
Q’HUBO estuvo en el lugar de los hechos y vecinos comentaron dos versiones de lo ocurrido. Por un lado, se señala que Ovidio estaba con otro hombre consumiendo licor en la vivienda y se produjo una riña; por otro lado, se indica que la víctima habría llegado a la vivienda para agredir a su hija y que el yerno intervino.
Según su testimonio, se encontraba departiendo con la víctima cuando se desató una riña, durante la cual Ovidio lo habría lesionado en varias oportunidades. Posteriormente, logró desarmarlo y, al defenderse, le causó una herida que le provocó la muerte.
Tras los hechos, huyó hacia Ciudad Bolívar, al parecer, temía que los familiares de Ovidio atentaran contra su integridad.
Finalmente, el señalado homicida llegó a la estación de Policía con heridas por arma cortopunzante en manos, espalda y glúteo, al parecer, ocasionadas por Ovidio.
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